¡¡Que
lujo!! En esta carrera, mi entrenador @FerRun62, me iba a acompañar. Correr al
lado de un corredor de ultra maratones de montaña, una cursa de 10 km, no lo
puede decir todo el mundo. Y menos un exsedentario como yo. Pues sí, sí, me
dijo que me acompañaría… Claro, saldríamos juntos, él, haría su tiempo, daría
la vuelta hasta encontrarme, me acompañaría en mis últimos kilómetros y entraríamos
los dos a meta. Como el que va a buscar el pan a la esquina y te dice: “Tú ves
haciendo, que yo, corro los 10 km en 38 minutos, vuelvo para atrás y por el
camino te cuento un par de chistes”. ¡Una fiera, oiga! A todo esto, para no
coger frio, que hacía mucho, no se le ocurre otra cosa que quedar el primero de
su categoría y subir a pódium… ¡Diossss como lo admiro!
Bueno,
a lo que íbamos. También nos acompañan su señora esposa, un beso Tensi, y mi “Cherleader”
privada, Encarni, la de las fotos, la que me prometió hacer un curso de
fotografía, para sacarme entrando en meta con los brazos en alto, como mi hijo,
en primer plano, con el tiempo del crono encima de mi cabeza y todas esas
cosas… ¡Ay, madre mía! Como no le page un curso de Photoshop y haga un cortar y
pegar de mi imagen…no hay foto de meta.
Mi
oferta para Fernando es la siguiente: Haz tu carrera, esperarme los tres en
meta y me sacas un video.
Ya
veremos.
Se
acerca la hora, mogollón de corredores. Conozco a otro Runner, que entrena con
mi club RunandFit, Vicente. Con intención de hacer 40 o 42 minutos. Creo que lo
consiguió. Y a Jordi S., marido de una seguidora mía del blog, a través de
Fernando. Corría su hijo, que por lo visto, hizo un tiempazo. Lástima no
haberte podido saludar Rosa, me hubiera gustado agradecerte todos los ánimos
que me das a través del Facebook de Ferran, esos comentarios son también un
pilar importante en mi lucha contra los kilos. Gracias.
Nos
cambiamos de ropa con un frio polar, y empezamos a calentar. El míster, lleva
un Garmin, esos relojes tan buenos que te marcan todos los datos de las
carreras, y durante los trotes me llama la atención diciéndome que voy muy
deprisa. Lo intento, pero vuelvo a acelerarme otra vez. —Baja el ritmo— me insiste—
tienes que ir la primera vuelta a 6’/km, para en la segunda, apretar y darlo
todo hasta el final.
Pero
me doy cuenta, de que en ese ritmo, es en el que voy cómodo. Así que, por
dentro pienso en ir a esa velocidad, para hacer un buen tiempo, je, je, je.
Ya
quedan pocos minutos, él se separa de mí para calentar con más intensidad y yo
quedo atrás a mi rollo.
Ya
no le vi más.
Salida.
Qué
carrera más guapa. Dos vueltas a un circuito de 5km en el paseo marítimo de
Vilanova y la Geltrú, con salida y llegada al puerto. Con el frio que hacía y
había muchísima gente animando. Eso es de agradecer porque, aunque vengan a
animar a familiares o amigos, uno siempre pilla algo. Para nada se me hizo
pesada.
Buenos
consejos de mi “Míster”, con respecto a la respiración, si puedo hablar, voy
muy despacio, si no puedo hablar llevo un buen ritmo, pero lento, si jadeo haré
un buen tiempo, si jadeo como un perro y me cuesta tragar, regula que la
cagas…que Garmin ni Garmin, ni pulsómetro ni leches, la respiración es la que
manda.
Hasta
5 veces nuestras seguidoras incondicionales, llegaron a vernos y grabar un
video. “Tú, que bien, hoy si hay foto de meta”. Pensaba yo… Que inocente.
Durante
toda la carrera, regulé con precisión la velocidad, como he dicho, a través de
la respiración. Que me costaba respirar, bajaba el ritmo. Me recuperaba, volvía
a apretar, y así los 10 kilómetros, pin pan, pin pan, pin pan. Consciente de
que si me excedía, no la podría acabar entera, sin parar.
Y
a pocos metros de la meta, empiezo a ver el cronómetro gigante de llegada. Aunque,
no lo distingo muy bien, me imagino, que bajaré de 52 minutos… Y cuando ya lo
visualizo perfectamente, ¡Et voila! 51’ y pocos segundos, empiezo a gritar y a
correr con todo lo que me quedaba en el tintero: “Bajo de 52, bajo de 52, otra
más, otra más”. ¡Ostia que contento! Me emociono… Levanto los brazos e intento sonreír
por debajo de las lágrimas de la emoción, para la foto, claro, y paso el arco
en, 51’ y no sé cuántos segundos, casi 52… Lágrimas… Lo he conseguido otra vez…
Que fuerte, este sedentario de más de 135 kilos, un “negao” para el deporte,
que no le gusta ni el futbol, lo ha vuelto a conseguir, otra carrera más y con
un tiempo excelente.
No
puedo explicar toda la satisfacción que tengo, lo orgulloso que me siento, la
explosión de alegría que me dio al entrar en meta, esas sensaciones, no puedo
plasmarlas aquí como realmente las siento. Lo intento, pero creo que me quedo
corto.
Con
lágrimas en los ojos, busco a Tensi. ¿Y Encarni?, ¿Fernando…? ¿Dónde leches
están? Miro hacia todos los lados, bajando lentamente los brazos, y sorbiéndome
los mocos, del palmo de narices que se me está quedando, me doy cuenta de que,
ni foto, ni video, ni abrazos, “ni na de na”. Estoy más solo que la una. Los
flases que vi al entrar a meta no eran para mí.
Fernando
buscándome por todo el circuito pensando que he abandonado, las chicas
esperándome todavía en meta con la cámara en las manos y los dedos congelados,
pensando que aun estaría lejos de llegar. Vuelvo para atrás y ahí están los
tres, “bocabadats”, alucinados: —¿Cuándo has pasado?... Pensé que habías
abandonado.
¡No
nos hemos visto, manda huevos la cosa! Me abrazo a Fernando: “Míster qué coño
voy a abandonar si he hecho 51 minutos”.
¡¡¡Menudo
chou!!!
Correr
a 5’14/km durante 51 minutos era impensable hace unos meses. Sin bajar el
ritmo, controlando el esfuerzo a través de la respiración, manteniendo la
cabeza fría para no pecar de emoción y consumir todas las fuerzas, antes de
llegar a meta, esprintando en los últimos 100 metros para entrar a un ritmo de
4’30/km y acabar la carrera, más fresco que una rosa, eso, nadie que me conoce,
hubiera apostado ni un duro por mi… Ni yo mismo, desde mi mismo interior.
El
15 de enero del 2013, 10 meses y 15 días antes de esta cursa, tuve mi primera
salida. Estos son los datos:
-EJERCICIO:
Caminar
-DISTANCIA:
4.30 km
-DURACION:
58 minutos
-SENSACIONES:
La primera media hora muy dura, ritmo muy lento, dolor de espalda, me tuve que
parar varias veces y sentarme en los bancos del camino, las tibias a punto de
engarrotarse, me escocí los muslos, los dedos de los pies se me durmieron, y el
muslo izquierdo se quedó sin sensibilidad, acartonado.
-MOTIVACION:
La misma que en la carrera de Vilanova, 12 sobre 10.
-PESO:
135 kg
Los
datos de las dos carreras, para mí, son igual de importantes. El mismo esfuerzo
desde el principio del ejercicio hasta el final, la misma disciplina, empezar a
un ritmo y no dejarlo, la misma perseverancia, no parar hasta la meta y por
supuesto, la misma ambición, buscar otro “Mayor triunfo”. El primer día, fue
acabar de andar el tiempo que me mandó mi entrenador, y en la carrera de
Vilanova, no hacerle ni caso y bajar de los tiempos que teníamos previstos.
Objetivo: bajar 1 o 2 minutos de la hora…
¡¡¡Toma
del frasco carrasco!!! 51 minutos, Yeah!!!
Joer, tio, vaya crónica!! Mejor casi que la carrera, jejejejej. Aun me estoy partiendo.....!! Eres un fiera y lo que te queda... Sigue así!!
ResponderEliminarEsto.... Mister! K yo... Voy a dedicarme a otra cosa que esto antes tenia gracia... Pero ahora ya sino m gana ...casi casi!!
ResponderEliminarSoy Rosa. A mi también me hubiera gustado saludarte, pero estoy segura de que pronto coincidiremos en alguna carrera, aunque yo no creo que pueda seguir tu ritmo.
ResponderEliminarTe superas en los tiempos y en las crónicas. Vas a más.
Pues nos damos por saludados!!! Y te tomo la palabra de la carrera...veo que sois todos en casa corredores, que bueno!!!
EliminarMuchas gracias por tus palabras y no dejes de seguirme. Realmente me anima muchísimo.
Un fuerte abrazo Rosa.