Ya
ha pasado un año, desde que la ilusión de ver a mi hijo Jordi llegar a la meta
de su primera carrera, se cruzara en mi vida.
Muchas
lágrimas se me han escapado este año por buenas sensaciones. Las primeras, con
ahogo llanto y moqueo, el día que, por primera vez, fui capaz de correr durante,
15' + 15,' descansando un par de minutos entre trote y trote. Con más disimulo,
pero con igual emoción, en la primera cursa en Sant Just. También, cuando vi
por primera vez en la báscula, el 99'9 kilos. Cuando fui a ver correr a mi
entrenador Ferran en la Cavalls al Vent, al llegar al punto donde tenía pensado
esperarle, "El Pas dels Gosolans", y me asomé al refugio del Prat
D´aguilò y vi semejante espectáculo de montañas inmensas, con unas vistas que,
de no haber perdido un saco de kilos, no hubiera llegado ni en avioneta. Eso, también
me emocionó.
Muchas
lágrimas, pero de alegría. Otras, también se han escapado en esos días en los
que hacía y hago, las tiradas largas por el rio Ripoll, cascándome 15 kilómetros
de ida, más 15 kilómetros de vuelta, con tiempo suficiente para recordar momentos
del pasado y refrescar mi memoria de cómo, y por qué, llegue a pesar tantísimos
kilos. Tantos como 137 o más. Como ya voy diciendo por aquí habitualmente. ¿El cómo?
Por dejadez, ¿el por qué? Por motivos diversos, como, cambios laborales. Darle más
importancia al trabajo, que a mi vida. Y los últimos 15 o 20 kilos, por una
mezcla de trabajo, y un desasosiego infinito, causado por la enfermedad de mi
pobre madre. El puto Alzheimer.
Esos
últimos años con la enfermedad y sobre todo, el último año y medio, acabó con
todo lo que pudiera quedar dentro de mí, para mirar por mi bienestar. Y hasta
que no terminó esa triste historia, no empezó la que cuento aquí. Esas lágrimas
también he de recordarlas, pero, para no volver a caer en la trampa de la
dejadez personal.
Dejemos
el pasado en su sitio. Mejor, os cuento la carrera de hoy.
Acompañantes:
Mi hijo Sergio, Albert y Mireia. Y en puertas se quedaron mi hijo Jordi y el
otro amigo de él, Isma. Los dos de baja por enfermedad, una pena no poder
competir al lado de Jordi y poder compartir la entrada en meta. ¿Qué le vamos a
hacer? Por lo menos tuvieron fuerzas para poder grabarme un video y el Isma hacerme
unas foticos. Y como siempre Encarni. Hoy le hemos quitado la cámara de fotos,
para que descanse, no sea que se ralle sacándome un montón de fotos, entrando
en meta. ¡Ep!
En
la salida, Sergio estaba nervioso, ya que, aunque no estaba preparado para la
cursa, no quería hacer más de 30 minutos. Palabras textuales: "Si veo que
voy a hacer más de 30' abandono". Y yo como buen padre y consejero, con
toda mi experiencia en el mundo de los Runners de más de 100 kilos (ya no, ¡eh!)
le doy el siguiente consejo: "Hijo, si ves en el crono que vas a hacer más
de 30 minutos, coge el chip que cuenta el tiempo y lánzalo con todas tus
fuerzas hacia meta, a buen seguro llegará antes que tú". No hizo falta.
28' 13''. Buen tiempo para no salir nunca a correr y querer acompañar a su
padre en la carrera definitiva.
Albert,
que se apuntó a la cursa para competir con Isma y Jordi Jr., tuvo que hacer su
tiempo, ya que, uno con fiebre, y el otro con el dedo roto del pie, se quedaron
con la cámara en mano y con las ganas de competir. Lo dejaremos para otra
cursa. Los dos cayeron en la carrera que disputamos el día de San Esteban en el
rio Ripoll, 10k. Se motivan, se pican y luchan como corsarios para llegar a
meta y se jodió el invento. Cayeron, como pajarillos ante la fuerza descomunal
de Albert. ¡Ahora sí que se van a picar!
Y
Mireia, novia de Isma, también corredora, la he conocido en esta carrera. Por
lo que he podido comprobar, seguro que volveremos a coincidir en más carreras.
Un placer conocerte Mireia.
Y
yo, como siempre con los nervios a flor de piel, nudo en el estómago, queriendo
memorizar todos los momentos para luego explicarlos, pero todo pasaba ante mis
ojos muy deprisa. Mi Míster me había dicho que seguro bajaría de 26 minutos,
que intentara hacer 25' 40''. Y como siempre yo pensando en superar sus
expectativas, ¿25'40''? Mejor 25'20'', 25'15'', 25'... Ya veremos.
Salida:
· Kilómetro
1. Como en mi vida he corrido.
· Kilómetro
2. Como alma que lleva el diablo.
· Kilómetro
3. Empieza a notarse el esfuerzo de esos 2 kilometrillos primeros.
· Kilómetro
4. Empiezan a notarse los turrones de estos días.
· Kilómetro
5. Qué largo, que duro. El pulsómetro a 164 p/min, que lejos está la meta y que
cerca mi próximo mayor triunfo.
Llegada:
25'01''
Éxito
total, euforia, brazos arriba, emoción, brazos abajo, exhausto, busco a los
míos, al primero que veo es a Albert. ¡Canalla! que fresco está. Busco a
Encarni y Jordi. No los veo...Ya estamos. Pasan segundos que se me hacen
eternos... “Encarniiii... Jordiiiiii.” ¿Ande están? Y por fin, los veo, al otro
lado de la valla y a escasos centímetros de mí, pero entre el agotamiento y la
emoción no veo “ná de ná”.
Otra
carrera más a la saca y esta con triunfo total. Lo di todo, todo mi esfuerzo,
todo lo que he aprendido en este año, toda la técnica que he practicado para
correr lo más recto posible, todo lo que me ha enseñado Ferran para controlar
la respiración. Pero aún y así, no fui capaz de arrancarle al cronómetro ese maldito
segundo, para poder ver el minuto 24.
No
doy "pa" más.
Pero
tengo más que suficiente con ese tiempo, con esas sensaciones, con el recuerdo
de este año, el mejor año a nivel personal, que he tenido en mi vida y gracias
a este blog, podré recordarlo durante mucho tiempo.
Ha
sido fantástico poder contar esta historia, desde la ruina de los ciento
treinta y pico de kilos, poder decir que a lo que me comprometí a principio de
año lo he cumplido a rajatabla, poder demostrarme a mí mismo que, aún queda
fuerza para proponerme retos superables, a base de esfuerzo y trabajo. Y encima,
contarlo de esta manera.
Con
esta entrada en el blog, despido este precioso año y doy la bienvenida a otro
que, espero sea igual, o mejor que "Mi 2013".
¡QUE
CONTENTO LECHE!
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