martes, 27 de octubre de 2015

QUE ES SER FINISHER DE UNA MARATON.


Amsterdam Marathon 2015 conseguida!

Cuando enseño mi medalla la gente suele reaccionar de diferentes maneras: “Otia, has ganado??? En que puesto has quedado??? Cuantos competían para que te den una medalla??? Se la daban a todos por participar???

Mmmmmmmmm

Voy a tomarme la libertad de, en unas cuantas líneas, dar una clara explicación de por qué me han dado esta medalla, cuanto me ha costado y a cuantos se la han dado.

Cuando llegas a meta y recuperas el aliento en los siguientes metros te encasquetan la medalla, de la nuca al pecho como  si de una corbata olgera y rastrera se tratara. Sales del Stadium Olimpic y si eres capaz de llegar a la zona de casetas, donde grabaran en 2 minutos, lo que yo he tardado en hacer 5 horas y 4 minutos y desde luego, si cuando te inscribiste pagaste los 3 euros.
"Jordi Casanova 05:04:21".

Ya tienes tu medalla.

No es tan simple!

Ahora retrocedamos un poco en el tiempo, solo un poco, 2 años y 10 meses.

Sedentario. Obeso mórbido. Antideportivo. Amante del sofá y sus alrededores. 
Me propone el que hoy es mi entrenador ayuda para hacer una carrera de 5k en 9 meses, perdiendo peso y cambiando hábitos.
Me incita mi hijo a hacer lo mismo que él en una cursa popular,  levantar los brazos al entrar en meta. Me apoya desde todo momento mi mujer mis hijos y más gente, entre ellos, amigos nuevos que conozco en el mundo del correr. 
Salto del sofá como si me diera corriente y echo a correr por los montes de mi barrio.
Consigo mi carrera de 5, 7, 9, 10, 21km, asfalto hasta ahora. Me preparo la maratón de Barcelona (42k), y con todo el dolor de mi corazón no puedo correrla por lesión.
Más carreras, 13, 18, 21 y 28 km ahora en montaña.  Pasa el tiempo y los kilómetros, a una media de unos 2000 km de entrenamiento al año.
Videos emotivos viendo cruzar la línea de meta, de corredores populares y el no querer volver a pesar 135 kilos, hacen que mi pasión por hacer mi primera maratón, no se pierda por el camino. Los entrenos han sido muy duros, mas mentalmente que físicamente, pero cuanto más cerca está la fecha más intensidad emocional pongo.

Llega el mes y fecha señalada y me voy a correr la maratón dentro del tercer año de esta historia. Amsterdam, el mejor regalo que me pudieran hacer mis hijos al cumplir los 50 años.


Día “M”, 09:30 del 18 de octubre del 2015. Los nervios son inimaginables  para el sedentario que llevo muy adentro. La emoción del nuevo "atleta" hace que se mezcle con ellos y se produzca una reacción en cadena que no me permite abandonar en los 42.195 metros que me separan de mi Mayor Triunfo. 

Salida.

Saltare directamente a entre el km 25 y 30, porque estoy intentando explicar el sentido de mi medalla.
En esos kilómetros,veo claramente mi futuro como deportista popular...Negro, tumbado en mi sofá rodeado de pistachos y cervecitas.  Esa sensación de hundimiento moral la tengo durante los siguientes 10 kilómetros.  No puedo dejar de pensar en otra cosa que en abandonar o no hacerlo. El dolor muscular en las piernas es horroroso, la sensación que tengo es como cuando te comes una castaña sin quitarle la segunda piel, sabes que esta buena pero el amargor predomina sobre el dulzor. Planta de los pies, aductores, isquios, la cadera, el paquete doloroso es interminable.
Km 38, no puedo más, tengo que parar…paro, camino unos metros y mi orgullo puede contra mi cobardía. Arranco a correr otra vez y me doy cuenta que tiene que ser la última vez que pare, ya que es peor el remedio que el resultado.

 Pero, me doy cuenta, que mis piernas están aguantando las rampas y calambres en la misma puerta de salida,  manteniéndolas a ralla bajando un poco el ritmo de carrera. El pulso a 130 y poco no es ninguna señal de que este al borde de la rotura, pero mi cabeza lleva 8 km hundida mas allá de mis hombros. Aún quedan 4 interminables kms y el pico. No me puedo creer que después de todo lo que he pasado para llegar hasta aquí se vaya a la mierda por falta de entusiasmo. Así que me automotivo, recordando donde estoy y qué coño estoy haciendo aquí, correr, para triunfar conmigo mismo.

Creo que del 38 al 40, fui hablando como en sueños, diciendo en voz alta , "N
iños ya es mía...Encarni voy pa ya!...Míster lo estoy intentando y haciendo lo mejor que puedo...Vieja lo estoy consiguiendo".
YA ES MIA!!!! 

No puedo llorar pues me ahogo?¿?¿? No sé por qué.
Parar a esas alturas y andar y volver a arrancar, era peor que no parar. Llego al arco que marca los últimos 500 metros.  Increíble ya estoy aquí, creí que nunca llegaría.
Y...bueno los últimos metros ya dentro del Stadium Olimpic, no tiene mérito por que, no sientes mal estar, las lagrimas salen solas, los gritos de la gente apagan los dolores, la emoción es tal que correr es en lo que menos te fijas y llegas a meta sin más problemas.

Pasar por el arco final te hace Finisher. Es el premio a muchos meses de preparación.
Cruzar la meta, mirar a gradas, mirar por el rabillo del ojo mi garmin para ver el tiempo...5 horas corriendo...Burro!!!! El míster te va a dar pal pelo. Cierro el rabillo del ojo y busco a mi animadora por excelencia.  Ahí está súper emocionada como yo. Todo eso en escasos segundos, aunque los reflejos van a su propio ritmo.
Creo que levanto los brazos pero no lo recuerdo bien, ya que vuelven los dolores en cuanto que dejo de correr.

Sigo andando en busca de mi premio, del resultado final de tanto esfuerzo y tanta emoción vivida por muchos que me siguen, mi medalla. Y me quito la gorra para recibirla como se merece, inclinado los dolorosos músculos de mi cuello, reverenciándola lo mejor que puedo. La emoción que se debe reflejar en mi rostro debe ser de aúpa ya que veo en el voluntario satisfacción por ponérmela. Pero si has puesto esta mañana miles de ellas. ¿En todas has disfrutado igual? 
Mi medalla de Finisher, es mía por que me la he ganado con todo el sufrimiento conllevado. La noto caliente en mi pecho ya que el frio que tengo es inmenso, o quizá sea que siente lo mismo ella por mí y me da algo de calor para empezar la recuperación. 

Esa es verdaderamente el significado de la medalla de Finisher. Que ya soy eso, un luchador!!!




Mi “Mayor Triunfo” encontrado.




Ahora a buscar más.

Si pinchas Aquí igual me ves entrando en meta por la pista 2 a la derecha, llevo gorra negra.

lunes, 19 de octubre de 2015

MI MARATON EN AMSTERDAM.

Hola Fernando.

Supongo que influye todo, desde que el mes de agosto no fue perfecto, más las tiradas largas que no me salieron bien, más el viaje, que como tu decías no estaría descansado, más los nervios de la noche anterior, que no dormí prácticamente nada, todo ha hecho que a partir del km 25, fuera un pequeño calvario in crescendo hasta el km 40, que, a partir de él, me propuse no parar ni una sola vez más y tirar por orgullo. Anteriormente en cada avituallamiento del 25 en adelante, no tenía más narices que andar un poco, un minuto o muy poco más. Pero el problema no era ese solo, si no, que mi rendimiento cada vez era más lento y no podía ir más deprisa, por qué notaba que las rampas, en forma de corriente, empezaban a asomar, sobre todo del 35 en adelante. Desde el km 15, el dolor de pies empezó a machacarme, hasta no sé muy bien que kilómetro, luego, eran un saco de dolores por todas partes.

De todas maneras, yo esto ya lo sabía, por qué en los rodajes largos no tenía buenas sensaciones.

¿Te digo la verdad Míster? Mi intención era hacer una maratón, sin más objetivo que acabarla. La idea de buscar un tiempo genial, no veía que estuviera mucho de mi lado. Así que, y sin pretender que sea consuelo de tontos, la verdad es que estoy muy contento de la experiencia que he vivido. Poder acabar la maratón sin parar mucho, el ver en cuanto he entrado a meta a Encarni en las gradas, entre miles de personas, el entrar al estadio olímpico con todo el mundo aplaudiendo y animando, lo bonito del recorrido, lo que me podido fijar en algunos de los kilómetros, el haber podido entrenar e intentar cumplir con gran parte de los entrenos. Valoro enormemente todo eso y me doy por satisfecho.

Luchar contra los dolores no ha sido muy duro, lo peor, la lucha contra la cabeza, eso sí, aunque he de reconocer que le he sacado provecho, por qué me he echado un pulso conmigo mismo y creo que he ganado. Me he dicho de todo y a viva voz por el camino, desde que no podía retirarme después de lo mucho que hemos luchado para poder cumplir mi sueño, hasta el esfuerzo que estaban haciendo mis hijos en los mercadillos para que nosotros estemos aquí y ellos trabajando, pasando por lo mal que estuve en mi época de gordo. No podía fallar y retirarme. Pienso en que las veces que he parado, tenían que ser como algo que pertenecía a la carrera, "Si no paras, no puedes seguir, para lo mínimo y sigue"...no es tan fácil parar por dolores y arrancar hasta el próximo dolor. Eso también tiene su mérito.

5h y 4 minutos, tampoco es tanto tiempo. Es mi primera maratón. Desde el km 22 y hasta el 42 no dejaba de pensar que no volvería a correr nunca más, no que no voy a hacer otra maratón, si no, que NO correría nunca más. Pero, en los últimos 190 metros, ¿es el pico, creo?, en ese momento en el que entro en el estadio olímpico, fue cuando decidí, seguir en este mundillo. No seré maratoniano nunca, Finisher si, la prueba la tengo en forma de medalla con mi tiempo y mi nombre grabado.

Hemos llegado, hemos visto y bueno hemos vencido un poco jeje.

El recorrido un lujo. En un principio se recorren unos kilómetros callejeando, incluso pasamos por dentro de un edificio alucinante que es el Rijcs-Museum, abrieron unas puertas enormes, para dejarnos correr como niños por allí.

Saltábamos por entre las vías de los miles de km que hay de tranvía. Qué fuerte me parece, que cortaron hasta el tranvía, cuando hay una cantidad infame de cacharros de esos pateándose la ciudad y te salen de cualquier sitio en cualquier momento.

Museos y más museos vamos dejando atrás. Más adelante nos metemos en un parque flipante llamado Vondelpark, donde la planitud del terreno hace que disfrutes como un bellaco de las vistas laterales, yo siempre corro mirando al suelo, con lo que tuve que esforzarme para mirar a los lados.

Uno de los tramos más salvajemente bonito, es cuando se bordea el río Amstel, que mira qué casualidad que se llama igual que la cerveza, ¿No será que nació aquí? Igual que la Damm, Amster Damm, bueno tampoco nos olvidemos de la niña bonita, Heineken.

Subes por una orilla y bajas por la otra. Con unos muchachos en medio del agua usando esos aparatos que vuelan por la superficie para nuestro deleite, porque muchos espectadores no tenían, bueno, allí parados mirándolos, corriendo 16000. Varios son los canales que bordeamos y pasamos por encima, por eso llueve tantísimo por aquí, para llenar los canales, si no, tendrían que tirar del agua del ayuntamiento y eso...

Para mi gusto no había muchos espectadores animando, pero los pocos que había, intentaban leer mi nombre y gritarlo acompañado de alguna frase que, por desgracia para mí, no entendía. Y por fin, llegamos al edificio de Experiencia Heineken, de buena gana me metía allí y me hidrataba como nunca.

Bastante trozo por una zona bastante sosita que no hay mucho que ver, así que disfrutó de mi suelo contando las líneas discontinuas del asfalto e intentando esquivar los baches, que a esas alturas parecen barrancos.

Voy por el km 30 y pico y ya no puedo mirar más cosas, solo quiero que esto acabe de una vez, solo pienso en dejar de hidratarme como manda los cánones, cada 10 o 15 minutillos Vitargo, cada hora un gel de energía, y en cada avituallamiento toda el agua que me daban, como tú muy bien me aconsejaste. No vi el muro, ni el mío ni el de ellos. El mío no, porque el esfuerzo no fue lo suficiente como para gastar la energía que hace que asome (o igual lo tuve durante toda la carrera desde el 25 ¿? ¿? ¿?) y el de ellos, el de contención del mar tampoco, por qué no sé si llegamos a pasar cerca de él, hoy, el día después iré a comprobarlo.

Y ya por fin, el arco de los 500m que, al pasarlo por primera vez, pensé: "Que canallas, como empiecen a indicarnos las distancia cada 500 m, esto se va a hacer eterno". Pero mira por dónde, Ferran, está para la llegada y la verdad que me dio una alegría enorme, porque los dos últimos kilómetros se hacen eternos. Y veo la entrada al Stadium Olimpic, y entro, y veo las gradas abarrotadas de gente, y un par de voluntarios me preguntan si Ok no sé qué, supongo que mi salud, y veo la señal de los 250 m y empiezo a llorar. La garganta se me engarrotaba al emocionarme en los últimos minutos, cuando ya estaba seguro de que no iba a abandonar, pero en los últimos metros ni engarrotes ni puñetas, lloro como un bebe, a trompicones, balbuceando lo contento que estoy, diciéndole a mis hijos que lo he dado todo, que el esfuerzo que están haciendo lo estoy pagando, que el regalo de la maratón y este viaje inolvidable de 10 días recorriendo Europa que me han regalado en mi 50 cumpleaños, ha valido la pena. Que lo he petado chavales. Y veo la marca de 100 metros y deseo enormemente que Encarni este en un sitio que la pueda ver. Efectivamente, pasó meta, paro mi reloj en 5:04, me apoyo en las barandas, que ponen para ese menester y al levantar la cabeza, lo primero que veo a unos 30 metros, en la primera grada, a mi mujer, "Cámara en mano" echando fotos y emocionadísima, como yo.

¡Como voy a dejar de correr Míster, como voy a dejar de correr!

Ha sido igual de duro, que de bonito.

Y los entrenos han servido para que, después de comer durante la ventana alimentaria, hidratarme un poco más y dormir la siesta buscando la postura menos dolorosa, me despierte con ganas de andar un poquito. Y hoy como digo, el día después, este prácticamente sin dolores, solo alguno y no muy pesado.

Bueno equipo de entrenadores, este es mi informe de la carrera. Esta vez algo diferente, en vez de enviároslo por correo, lo cuelgo en el blog.

Un abrazo y os deseo lo mejor.

 

lunes, 16 de marzo de 2015

EL FINAL DE ESTA HISTORIA. Vale la pena cuidarse!!!



Hace unos 4 años tuve que ponerme en manos del neumólogo por problemas con los ronquidos. Le llaman apnea del sueño. En resumidas cuentas, roncas tanto que haces episodios muy continuos de apneas, osease dejar de respirar involuntariamente durante bastantes segundos y varias veces en la noche.

Los síntomas más notables son, sueño continuo, cansancio infinito, ojos rojos y una mala leche encima "tol" día, que no hay quien te aguante.

Parece ser, que para entrar en el sueño profundo, que es el que hace que descanses realmente, necesitas estar dormido como mínimo 20 minutos. En ese momento, tu cuerpo y mente empiezan a recuperar fuerzas y descansar y no deberías despertarte, porque si no, vuelve a empezar el ciclo de los 20 minutos.

En mi caso eran 29,4 apneas por hora.

Datos del estudio en 8 horas de sueño, mal dormidas, claro:

·       Media en segundos de cada apnea - 25''

·       Apnea más larga en segundos - 60''

·       Tiempo total sin respirar - 90 minutos

Grave...

Yo he hecho la prueba de estar sin respirar durante un minuto, y lo he pasado muy mal. Probarlo.

¿Qué quieren decir esos números? Que no entraba en el sueño que hace que descansara y me recuperara para poder aguantar el día siguiente, ni una sola vez en toda la noche y ni un solo día en todo el año. Así que, un pequeño viaje en coche para mí era terrible. El hecho de sentarme a conducir y relajarme al volante, ya me daba sueño y en menos de 20 o 30 kilómetros, tenía que parar a echar una cabezadita. Con sus correspondientes apneas. Claro.

Terrible...

Que más síntomas. Pues, por ejemplo, mi almohada y el colchón los tenía completamente de color amarillo, de las sudoraciones que llegaba a tener en la noche. En casa pensábamos que era debido a mi obesidad y como solía cenar como un condenado, pues era lógico que de noche quemara calorías...Que va que va, las apneas. Temblores, palpitaciones, despertarme con unas taquicardias que me asustaban, pensaba que se me salía el corazón por el pecho o por la frente, pesadillas, pero de las de chillar y todo.

Un caso oiga...

Más cosas.

A las 2 de la madrugada, ya estaba viendo la tele o en el ordenador, como poco hasta las 5 ò 6 de la mañana. Y cuando me tenía que levantar para ir a trabajar me daba el sueño. La sensación de estar despierto, los ratos que estaba dormido, era horrorosa. La almohada estaba empapada en sudor y no hacía más que darle vueltas buscando la zona seca. Cuando cogía aire para respirar después de un episodio de apnea, me despertaba sobresaltado y no me permitía volverme a dormir en un buen rato.

Una pena, oiga...

Bien, pues mi neumóloga en la primera visita me dio de plazo un año, para perder kilos y no ponerme una máquina para respirar. Para entonces yo estaba en unos miserables 117 kilos. En el siguiente año superé mi propio récord y llegué a los 127. Así que me colocaron la maquinita de los demonios. No perdamos el tiempo...

El aparato no hacía ruido, pero la máscara que me colocaba en la "mocha" y el tubo corrugado que llegaba hasta la maquinita, era como el de un piloto de avión. Olvídate de darte la vuelta, ni arrimarte a la espalda de tu pareja o de moverte con naturalidad en la cama. Pero por lo menos dormía un mínimo de 4 horas seguidas. Eso ya era mucho, 4 horas seguidas sin despertarte, daba para poder descansar.

Mis kilos seguían para arriba hasta los míticos 132, aunque como ya he dicho en alguna ocasión seguro que los 135 los había superado, ya que la báscula daba error.

Pues, después de 10 meses de perder kilos y deporte continuo, desde luego, empezaba a dormir muchas más horas y más saludables. Hasta que me hicieron la prueba en diciembre del 2013 por que le dije a la enfermera de neumología en un control rutinario, que roncaba bastante menos sin la máquina.

Prueba echa, visita con la doctora con los resultados y "zasca" sorpresón, no solo no ronco si no que ya no hago apneas.

Palabras textuales de mi doctora “Has curado las apneas ¿Cuántos kilos y como los has perdido?".

Evidentemente le cuento mi historia y me felicita a mí y extiende las felicitaciones a mi entrenador Fernando. Cuarenta y tres kilos (43 kilos) no se pierden todos los días, así como así, con lo que sin pensárselo me pide la dirección de este blog, para que pueda enseñárselo a algún paciente con el mismo problema que yo, apneas por el sobrepeso, y así ayudarle a que se anime a perder kilos y hacer deporte. Pues si señora, "pa" eso estamos, faltaría más.

Había pasado de hacer 29 apneas en una hora, a 1,5, cuando lo normal es entre 2 y 10 a la hora. ¿Qué te parece Baldomero? Es más, es que en reposo tengo 49 pulsaciones por minuto, cuando antaño tenía 90 y pico.

Si con los datos médicos que explico arriba, no me animaba a perder kilos o a hacer deporte, es que ni me quería a mí, ni quería a los míos. Y sí, he aprendido a quererme, ya no hago apneas, y sí, he aprendido a querer a los míos, ya no ronco.

Más cosas.

El colon, mi colon. Al que tanta caña le he dado con la mala alimentación. Esa larga y corrugada tripa que, no es otra, que la que te da salud o te la quita, según te portes con ella y yo no era de los que tuvieran la tripita muy contenta conmigo.

Antes del máximo apogeo de mi tonelaje descontrolado, empecé a tener problemas estomacales, creía yo, dolor en el abdomen, sangrado en heces... (Ya sé que esto es un poco personal y delicado, pero estoy seguro de que alguien que lo lea se sentirá identificado y a lo mejor toma buena nota). De vez en cuando, me daba un dolor extremo que me tenía doblado por varios días, lo que más tarde descubrí como, "brotes", a lo que me tendría que acostumbrar para toda mi vida.

Pruebas y más pruebas. hasta diagnosticarme, diverticulitis. Y después de dos colonoscopias, me sacaron varios pólipos, entre ellos uno maligno que, con el tiempo, hubiera dado serios problemas.

Consejos del médico: “Dieta, verdura a tope, pérdida de kilos...” En fin, lo que ya sabemos, pero, que no hacemos nunca. Todo esto junto con las apneas. Un panorama la mar de alentador.

Y bien, lo que me ha dado el deporte y la alimentación sana, ha sido, después de dos colonoscopias de control, dictaminar que, los pólipos no se han vuelto a reproducir, la diverticulitis sigue ahí, pero sin dar brotes, porque eso son heridas o úlceras que no se secan nunca, pero no van a ir a más. Algo de lo que puedo estar más que contento.

Un cambio increíble.

Bien, pues después de este historial médico, puedo asegurar que ni el diagnóstico más lamentable, ni el consejo más acertado, ni verle los dientes al lobo, me hacía cambiar mi forma de vida.

Solo lo consiguió que se unieran un par de factores determinantes, como explico en la primera entrada de este blog, además de unas ganas locas de querer cambiar. El truco está en buscar pequeños objetivos, a corto plazo y desde luego, realizables. Alguien que te dirija con experiencia y tu corazón. Si no es así, todos los intentos son vanos.

No tenía claro a qué peso quería llegar, 80 y pico era un rango bastante amplio, 81, 89 kilos, qué más da, pero será un tope al que me enfrentaré de ahora en adelante. Nunca llegar a pesar 90, porque de los 90 kilos, a 100, solo hay un paso, unas vacaciones, unas navidades locas, un cambio laboral, algo que me despiste y vuelva a hacer perder la ilusión por estar en mi peso adecuado. Seguro, o casi seguro que bajaré bastantes kilos más, pero será porque los entrenos que realice me lleven sin darme cuenta a perderlos. Quién sabe. Lo que está claro es que la aventura que he vivido de perder kilos de esta manera ha sido alucinante, divertida, emocionante. Bajar de peso haciendo deporte, poniéndome metas muy duras pero alcanzables, trabajando mucho, compartirlo con todos vosotros a través del blog y del Facebook, disfrutar en cada carrera de la compañía de diferentes corredores y amigos, eso será inolvidable

Un reto como este, no puede hacerlo uno solo, hay que repartir las alegrías y las penurias. Por eso nació este blog, para compartir mi experiencia con cuanta más gente mejor. ¡Darlo a conocer! Yo no gano nada, pero quizás alguien, sí. Miento, si gano. Satisfacción.

Estoy llegando a mi meta final, a mi "Mayor Triunfo", bajar de 90 kilos y casi, conseguir hacer una maratón. El "Mayor Triunfo" de los kilos lo he encontrado, estoy en 88, y bajando. La maratón, era un reto difícil, no por el hecho de correrla, ya que la lesión me hubiera permitido hacerla corriendo y andando, para eso estaba preparado. Lo difícil era realizar los 4 estrictos meses de entrenamientos, eso me lo he perdido. La alimentación estricta, los entrenos militares, la fuerza mental que hubiera conseguido. De todo eso he estado muy, pero que muy cerca. Correr durante más de 4 horas seguidas y la mitad de ellas llorando de emoción, eso es lo que me he perdido. Me conformo, es más, estoy sobradamente contento de haber estado en puertas de ello.

Ya ha quedado atrás la maratón de Barcelona, fue ayer y he estado esperando a que pasara para poder decidir qué haré en el futuro sobre mi maratón, creo que en vez de hacer la de Valencia, por las ansias de querer hacer una, me esperaré al año que viene para conseguir, definitivamente, mis 42 Kilómetros y de mientras, correré por montaña, que, aunque parezca más duro, lo es.

Os lo contaré. Cuidaros. Y no comáis queso curado con polvorones, que engorda mucho. Receta particular de mis gordos tiempos.

Deseos:

Solo deseo con estas palabras plasmadas en estos textos, poder ayudar, convencer, motivar a cualquiera que tenga un problema con el sobrepeso, o simplemente querer perder algún kilillo que se resiste, o hacer algo de deporte.

Disculpas:

Pido disculpas por las faltas de ortografía, en las que no me haya ayudado el corrector ortográfico de Word. Donde no llegara él, imaginaros yo...

Así que, aquí dejo unas cuantas "h" , " ´ " , "v" , "b" y muchos puntos seguidos, puntos y aparte y comas para que las coloquéis donde se necesiten (......,,,,,,hhhhhvvvvvbbbbbb´´´´´´´´)

Agradecimientos:

Gracias a todos los seguidores de esta historia desde el blog, desde el WhatsApp y desde el Facebook, amigos, familiares, amigos de Fernando que me seguían desde su Face. Sin esas palabras de apoyo, quizás, me hubiera costado más apuntarme a una carrera, o ir a hacer una tirada larga. Un buen motivo para ir a entrenar también era el hacerlo público en una sesión del Face...Un "ME GUSTA" bien grande para tod@s.




Gracias a Anabel Fernández de Alimmenta nutricionistas, por ayudarme a romper el muro de los 107 kilos, en los que me quedé estancado un tiempo. También por ordenar mi alimentación y entender que todas las comidas deben tener Hidratos, proteínas, lípidos y una "cervecilla" a la semana (o dos sin alcohol).














Gracias a Runandfit por todo, POR TODO...Entrenos, apoyo, consejos alimentarios, deportivos, personales, médicos etc. ¡¡¡Gracias infinitas, Pol y Fernando!!! Gracias "Míster" por acompañarme en mi primera media maratón para no hacerla yo solo. Poca gente tiene la suerte que tuve yo, que su entrenador le acompañe en exclusiva durante 21 km y 200 metros, como expliqué aquí, apoyándole durante las dos horas y un minuto, que duró el divertidísimo "calvario". Jamás lo olvidaré. Y espero poder seguir esta relación durante todo el tiempo que tú quieras, por mí, será durante toda mi vida deportiva. Gracias.














A mis hijos que aun siendo jóvenes y estar muy ocupados con todas sus importantísimas cosas: Amigos, novia, internet, diversión, trabajo, ¡¡Ah!! Y en ocasiones hasta los estudios, siempre tuvieron unas palabras de apoyo hacia mí, en cada reto, en cada entreno, en cada kilo perdido. Gracias por vuestra paciencia y comprensión para entender que, para mí en estos dos últimos años, esto era lo principal en mi vida diaria y lo "más importante". Gracias machotes.








Por supuesto a Encarni, mi mujer. Muchas son las veces que he de darle las GRACIAS, agradecerle todo lo que me ha aguantado en este tiempo, acompañándome a interminables carreras esperando ella sola, darme su apoyo cuando no tenía ganas de ir a entrenar, consentirme salir a andar o correr y quedarse ella a cargo del negocio familiar, y muchísimas más cosas de las que nunca olvidaré. Sus emociones sinceras al llegar de un entreno duro y ver las sensaciones satisfactorias que me había producido, haber corrido por primera vez 15 minutos seguidos, por ejemplo, como ocurría al principio, o emocionarse conmigo en meta después de 3 y 4 horas corriendo por montaña, como había ocurrido en algunas carreras, abrazarse a mí y decirme con la voz emocionada, "lo has conseguido otra vez"...aún se me saltan las lágrimas, recordando el sentimiento que ponía en sus palabras sinceras.

Gracias Encarni, te quiero.







Hasta aquí a llegado este blog, lo empecé como dice la cabecera de la página principal:” Esta es la historia de cómo voy a pasar de 132 kilos a.. en fin ya veremos".

El "Ya veremos" han sido, a día de hoy, 88 kilos, más de 45 kilos perdidos.

¿Volveré? A ver en noviembre, con la maratón de Valencia...O la de Barcelona en el 2016...

¡Ah! Y también he empezado a escalar...


P   A           C   A   G   A   R   S   E   !!!!











                              QUE BAJEN A ESE LOCO!!!







Que estaré haciendo allí arriba???


viernes, 6 de marzo de 2015

MALDITA LESIÓN 2. El final.

El 24 de noviembre comencé a entrenar para la maratón de Barcelona, 42 km y 195 metros. Mi reto, mi meta, mi "MAYOR TRIUNFO".

Las primeras semanas fueron algo duras, y es que, llevaba desde septiembre, entrenando sin mucho empeño, porque no había un objetivo decidido a corto plazo. Si, estaba la maratón, pero aún faltaba un mes y pico para comenzar a prepararla.

Me costó acostumbrarme otra vez a hacer series, subir escaleras, subir cuestas a “toa lexe”. También tenía que acostumbrarme a realizar trabajos de pesas con barra y mancuernas, los discos y tal y tal... pero ejercicios de verdad, no de los que hacía hasta ahora, que cuando me cansaba paraba.

En las primeras semanas, me costó mucho afinar la dieta, ya que, quitarme el bocata...de jamoncillo con mi traguillo de vino de la bota, amigo Félix, eso...es lo mejor del mundo...con mis aceitunillas... ¡Búa! Eso costaba mucho.

Pero bueno, poco a poco iba dejando los hábitos buenos, por otros mejores.

Llegó el mes de diciembre y con él las navidades y conseguí sin mucho esfuerzo, solo, pasarme en la dieta, en los días más señalados, Navidad, San Esteban, Noche vieja, Año nuevo, el día antes de cada celebración, el día siguiente, el resopón, el postoperatorio... Etc. En fin, la biblia en peso comiendo. Pero no cogí ningún kilo que no soltara sin mucho esfuerzo. Y los entrenos, sí que por lo menos, los hacia al dedillo.

Nos plantamos en enero y todo va como la seda. Las escaleras y cuestas las subo fenomenalmente, a las series le voy cogiendo el puntillo para correr a los ritmos adecuados, y la dieta, como ha de ser, perfecta, salvo los desayunos del jamoncillo, ¡ojú, nene! como me gusta el jamón.

En estos meses, dos horas en semana las dedico a asistir a clase de pilates, con mi monitora Felisi, un crac ella, con mis compañeras de ejercicios y mi mujer. Somos 24 en clase y como hombre yo solo...” Pa cagarse”.

Y mire usted por donde, que en una de las clases fuerzo un músculo muy escondidito que tenemos en la cadera. Tan escondido que yo no tenía ni idea que existía, Don Psoas-iliaco, se llama el mamón. Y empezó el declive.

A lo tonto a lo tonto ese dolor que solo salía en ocasiones, se iba perpetuando y haciéndose compañero de mis sensaciones en los entrenos.

Hasta que, el 1 de febrero, corro la media maratón de Granollers, como ya he explicado en una de estas dramáticas historias que cuento aquí y Don mamón, me hace correr cojo, durante los 21 km que duró mi hora cincuenta y cinco minutos de agonía.

Falta de experiencia diría yo, ya que ahora entiendo, cuando me dicen, que el cuerpo te avisa antes de llegar a un sobre esfuerzo. Así que, Don, lo que estaba haciendo en cada entreno era llamar mi atención, para que descansara un poquito, o que bajara la intensidad de mis rodajes, puesto que siempre intento tirar un poco más de lo que sabiamente me dice mi entrenador, Fernando.

Y hete aquí, que me hallo cojo, mal trecho, cabreado, y convaleciente todavía, de las secuelas de correr con el corazón y no con las patas dirigidas por la cabeza.

Se acabó, no hay maratón, no hay mayor triunfo, no vale la pena arriesgar y hacer que mi sueño se convierta en una pesadilla.

Quiero correr durante mucho tiempo. Y mi deseo, de hacer una maratón bien preparada, en solo dos años, era una meta fabulosa para mantener el espíritu de la motivación a 100%.

Repito, para tenerlo yo mismo claro, se acabó. No ha podido ser. Después de 1 larguísimo mes sin poder entrenar en condiciones mínimamente óptimas, tengo que decidir, (tengo, porque no quiero), NO correr la maratón de Barcelona 2015, mis tan ansiados 42 km y pico se van al garete sin más contemplaciones.

¡Pero que estoy diciendo! ¿De qué me estoy lamentando? por favor. Si lo que tengo que estar es super contento y orgulloso de lo que he conseguido... HE ESTADO A PUNTO DE PREPARAR UNA MARATÓN Y ENCIMA CASI LA CORRO. Y en solo dos años.

Mucha gente, piensa que es una locura. Mi entrenador el primero, pero sus consejos, sus planes de entreno revisados semanalmente y guiados por mi locura por querer cambiar mi vida sedentaria, a hecho, que nos depositemos mutuamente la confianza en, yo hacer lo que él me mande y él, en ver como evoluciono favorablemente y amoldar los entrenos a mi persona.

No voy a ser Finisher de esta maratón de Barcelona, pero no te quepa duda entrenador, que lo conseguiremos. Vamos a ir a por otra, vamos a curar esta maldita lesión, vamos a reforzar esa zona crítica, vamos a rectificar errores y nos vamos a preparar para VALENCIA, noviembre 2015. Vamos a llegar victoriosos hasta la salida de la carrera y me vas a ayudar a conseguir mi medalla de Finisher de 42k.

Que no se diga. Ya que se lo debo a muchas personas.

A mi mujer, la primera, por la ayuda que me ha proporcionado en todo este tiempo, sin nada a cambio, sin ella no hubiera podido sacar ni un solo minuto de mi vida cotidiana para entrenar. A mis dos hijos, por la ilusión con la que han vivido esta historia. A tod@s los seguidor@s, tanto amig@s como familiares que me han visto cambiar y han disfrutado tanto como yo. A mi equipo de entrenadores, Pol y Fernando.

Y, por último, a una persona que a buen seguro le hubiera gustado esta historia de superación desde donde esté. Que probablemente no reconozca a su gordo, a su cuidador en sus últimos años de vida, por su triste enfermedad, a mi madre.

Se puede cambiar, yo lo he hecho. Solo he tardado dos años en perder 48 kilos. Tardé en cogerlos 26 años.

Hoy, después de la conversación con Fernando, en la que el sentido común a vencido a mi corazón, y en la que hemos decidido, no correr en Barcelona, ya definitivamente y a una semana del evento, ha ocurrido algo que me ha hecho reflexionar sobre este tema.

Al volver a casa, me encuentro con una persona, que hacía tiempo que no veía. Me cuenta, que un familiar suyo ha tenido que dejar el negocio que con tanta ilusión había montado poco tiempo atrás. Yo pensando que en los tiempos de crisis que corren, montar un negocio y que te funcione mal es lo más normal, me sorprende con el motivo por el cual lo ha cerrado. Tiene que empezar con la quimioterapia... Me acaba de contar esa triste historia y se va.

Me deja con el estómago encogido y la mente totalmente despejada. Lo tengo clarísimo, automáticamente paso del disgusto egoísta que tanto me preocupaba por la carrera, a valorar los momentos buenos y mirar alrededor en los momentos malos.

Como escribí en el Facebook hace poco:

“Si miro atrás mi dolor es mi esfuerzo, si miro adelante mi dolor es mi meta, si miro alrededor mi dolor es insignificante”.

Jordi.

 

Sabadell, a 9 días del 15 de marzo.


domingo, 22 de febrero de 2015

MALDITA LESIÓN!!!

Cada vez más lejos mi primera maratón, Barcelona, marzo 2015...

Cuando todo iba viento en popa, ganando fuerza en cada entreno, cuando empezaba a aprender a controlar mis ritmos de carrera, cuando estaba ganando una capacidad aeróbica descomunal, cuando empezaba a disfrutar de las tiradas largas... todo ese esfuerzo y mis sensaciones deportivas, se vienen abajo por culpa de una lesión.

Y encima, en el peor momento de los 4 meses de entrenamientos, en el momento en que se está ganando fuerza y capacidad para soportar entrenos cada vez más duros... cuando llega el momento que hay que hacer que el cuerpo se vaya acostumbrando a correr durante, 2h15', 2h30', 2h45'... 3h, hacer 30 km... En ese puñetero momento, se corta la película.

La media maratón de Granollers, de hace tres semanas, me ha costado perderme los entrenos claves para mis próximos 42 km.

Supongo que, mi antiguo oficio, más heridas mal curadas, más poco conocimiento, más correr 21 km lesionado, hizo que se despertaran viejas heridas, y ha hecho que mi definitivo “Mayor triunfo”, se pueda quedar en agua de borrajas, o lo que es lo mismo, que se vaya al carajo una esperada ilusión, en la que tenía puesta toda mi fuerza interior, para deleitarme con el orgullo de completar un reto de magnitudes desproporcionadas para mí.

Dos años entrenando este obeso cuerpo, hasta conseguir llevarlo al perfil de un corredor casi/semi/popular, para poder colocarlo en la línea de salida de una maratón y ser merecedor del título de "Finisher maratoniano". Dos añitos y ya oficialmente 47/48 kilos menos. Y por no saber decir que no a una carrera, en la que veía que no podía hacerla por lesión, pues aquí estoy, saliendo a trotar, desde hace 3 semanas, de vez en cuando, y poco, para ver, si esta maltrecha cadera, deja de dolerme.

Pero no, no deja.

Masajista, ibuprofenos, hielo, (tenéis que probarlo, hielo en la ingle, genial) ondas de choque, ultrasonidos, magnetoterapia, dejar caer mis lágrimas encima del psoas ilíaco. Nada, que como dice el dicho, "El tiempo lo cura todo".

Pero coño, que se me pasa el tiempo, que solo quedan 3 cortísimas semanas y el tío está todavía convaleciente.

Pero bueno, se ve que es algo normal, en vísperas de una carrera, lesionarse. Pero como es mi primera lesión, me duele, como el primer arañazo en un coche nuevo.

Pues bien, esta semana, la antepenúltima, tengo que arriesgar y probar a entrenar "normal", porque si no puedo hacer cositas ya cal que me despida de mi maratón.

Si, sé que hay otras, sé que es muy pronto para una carrera de este tipo sin haber hecho nunca deporte, pero en 2 años, pasar del sofá al asfalto y comerme 42k en 4 horas o 4 horas y poco...eso, Doña Leonor, eso solo se consigue una vez en la vida.

Pero, aun y así, que todos mis problemas en esta vida fueran como ese, superficiales.

Iré contando.

sábado, 7 de febrero de 2015

MEDIA MARATON GRANOLLERS 2015. Reto conseguido a medias.

No pensé que estuviera enganchado a correr, ya que, cada zancada que doy, con el peso que tengo, 92 kilos, es un esfuerzo sobrehumano, bueno, quizás no tanto. Pero es que, cada entreno que hago, después de una jornada laboral de 11 o 12 horas, es un trabajo duro de auto convencimiento para poder hacerlo. Eso me lleva, a que cada km que me meriendo es un cúmulo de alegrías y es un regalo todos y cada uno de ellos a los que llego.

Creía que salía a correr por mi salud, por las metas tan apasionadas que me propongo, por obedecer a mi entrenador y no volver a mi vida sedentaria, por el qué me dirán en las redes mis amigos y familia después de cada meta alcanzada. Eso de engancharse al runnig es para los delgados que llevan años corriendo, para estos viciosos del deporte, para esos chalaos que no tienen otra cosa que hacer, pero, después de no haber podido disfrutar del logro de completar mi segunda media maratón, después de casi una semana sin correr, después de tirarme esta semana sin salir ni a andar, me he dado cuenta de que yo también estoy enganchado.

Y mucho.

Una lesión me impidió llorar de emoción al llegar a la meta de la media maratón de Granollers. Me tiene encerrado en casa sin poder sudar mis camisetas. Me está retrasando sin saber cuánto, la preparación para mi primera maratón. Esta asquerosa lesión, me ha hecho indagar en el misterioso mundo de nuestros músculos, para saber que me duele, porque me duele, donde está y para qué sirve ese quejica, patoso y miserable músculo “Psoas ilíaco”.

Ya me lo avisó mi entrenador Fernando: —“Si quieres entrenarte para la maratón, será duro y posiblemente te lesiones”— Vale, pues ya capearemos juntos esos problemas.

Pero ha llegado ese momento del que yo pensaba que estaba exento, las sobrecargas de los entrenos hechos con el corazón y no con la cabeza.

Que le voy a hacer si le pongo más pasión que conocimiento.

El cuerpo, se ve que te habla. Si, si, te avisa, te da alarmas para decirte, “Ojo, que te estás pasando, afloja mateo que te veo”. Pero como yo jamás le escucho, pues hete aquí, que me pasado.

No se puede hacer una carrera de 21 km, cuando en el calentamiento previo, ya te duele la cadera y menos, sí te ha dolido dos veces en una semana, ya que el lunes anterior, en mi tirada larga, me toco correr 21 km. No se puede correr, cuando en los primeros 15 km hay dolor. Y no se puede correr, cuando las sensaciones son malas desde el primer metro.

¡No volveré a correr una carrera con dolor!… Espero.

Hoy, he salido a probar si al trotar me dolía, aunque ya lo sabía. Aun y así me preparo los bártulos, estiro un poco y comienzo a correr.

En la primera zancada, dolor, en la segunda, angustia, en la tercera rabia y en la cuarta zancada, me he dado cuenta de que estaba enganchado al runnig, porque casi lloro de pena. Me ha pasado por mi mente que mi próximo “Mayor triunfo” podría escapárseme de las manos por culpa de la cadera. El perder 2 o 3 semanas de entreno podría impedir hacer la Zúrich Maratón Barcelona, 42,195 km, corriendo sin parar, o por lo menos intentarlo.

La semana pasada, completé mi 2ª media maratón, como digo. La tenía como entreno de cara a la maratón. La primera vez que hice esta carrera, la conseguí acompañado de Fernando. Este año, por circunstancias he ido solo…pero solo, la he corrido solo y en meta no me esperaba ni el que da el agua. La verdad es que hacer una carrera así, no me gustó, independientemente del dolor por la lesión, el hecho de no poder abrazarte a alguien es muy frio. Tanto, que no sentía ilusión por explicarlo aquí en el blog. Así que, me voy a limitar, a contar lo que realmente debería de olvidar.

En el km 5 paré a poner la cadera en su sitio. En el 8 también. Y en el 9 me paré, para decidir si seguía, o cogía un taxi.

Me esforcé en no volver a parar y seguí, hasta el km 21,195, pasé por meta, eso sí, buscando la cámara para poder levantar los brazos y quedara constancia, y me fui al coche con amargura y dolor. No volveré a correrla.

Bueno…Ya veremos.

Y una cosa que no puedo perder, es la motivación, de eso voy “sobrao”. Mira por donde, el fastidiarme la pata, me ha hecho recapacitar en la alimentación y claro, si no entreno y como las mismas cantidades que cuando lo hago, puede ser fatídico para mi apaleada bascula. Tomo una drástica decisión, penosa pero contundente… estos días, tengo que reducir la ingesta de calorías. Con lo que me recorto en tomar azúcar, almorzar con agua, o sea sin cervecita ni “na de na”, recortes en la merienda y en el desayuno. Y mira por donde Don Camilo, que en una semana pierdo 1 kilo. Un año me ha costado romper la barrera de los 92 kilos. La madre que me parió, que hambrón me hizo.

Creo que, si consiguiera reestructurar mi dieta, podría compensar la falta de entrenos de estas semanas, a cambio de unos pocos kilos menos.

¡Sería el acabose! Conseguir aumentar mi historial de kilos perdidos. Bueno, no me quiero emocionar.

Ya lo iré contando.