miércoles, 16 de octubre de 2013

PROXIMO RETO: MEDIA MARATON, 21 KM.



“En la cocina, había un Croissant gigante relleno de nata. Se le salía por todos los lados. Blanca, rizada, cremosa, fresquita. Empecé por comerme la que se había resbalado por los bordes del croissant, hasta la encimera. Nada, pequeños toques con la punta del dedo. Cuando se acabó la nata de la encimera y ya solo se veía la de dentro de él, empecé a meter el dedito. Cada vez que pasaba por su lado, le metía, primero uno y más tarde dos dedos. Arrastraba más cantidad de nata de la que me cabía en la boca. Mi mujer, en el comedor. Yo, paseíto a la cocina, paseíto al comedor, para controlar que no me viera y buscando la forma de comérmelo entero, sin levantar sospechas.

Cuando se acabó la nata accesible desde fuera del maltratado croissant, comencé a arrancar trozos pequeños de diferentes sitios, intentando respetar la forma de este, para poder disimular al máximo. Pero en un momento dado, dejó de tener forma de luna creciente, y comencé a arrancar trozos más grandes, igual de grandes que las ansias por acabarlo.

Y por fin, tras convertirme en víctima de semejante paraíso del pecado, decido comérmelo entero, y acarrear con las consecuencias derivadas de tal acto de gula, avaricia y locura al que estaba siendo sometido. Pero, antes de llegar al final apoteósico deseado, coge la canalla de mi mujer, y me despierta:

—Ostia tú, ¿qué quieres? ¿Porque me despiertas?

—Porque luego a la noche no duermes.

— ¡Es que me estaba comiendo el crusán, leche!

— ¿Que crusán?

—El de la cocina…

— ¿QUE COÑO DE CRUSÁN?

Es entonces, cuando su risa atronadora, hace que me dé cuenta, de la terrible realidad. Estoy de dieta, me tengo que ir a correr 50 minutos por el bosque… Y el puto “crusán”, no existe.

Relato verídico, un sábado después de echarme la siesta. “Pa morirse”.

Cuando me propuse adelgazar, no pensaba en hacer dieta estricta, nada de eso. Solo, cambiar hábitos alimenticios y sedentarios. Nunca imaginé, que acabaría corriendo y mucho menos, retos como medias maratones, o maratones enteras. No lo hubiera ni soñado. Y aún, me cuesta creer que pueda hacer una maratón. Pero, intentarlo, terminarla y en un tiempo decente, eso me cuesta más de soñar, que con el puto Croissant.

Recuerdo que, cuando mi entrenador me empezó a mandar, hacer pequeños trotes y por otro lado me contaba sus carreras, o entrenos tan bestias que hacía, le pregunté si yo algún día podría hacer cosas así, y me contestó que tuviera paciencia, que todo llegaría, que poco a poco, se verían los resultados.

Bueno, pues ya tienen que ir llegando, me ha propuesto hacer una media maratón en Granollers, son 21 km y pico del ala. “Casi ná lo del ojo, y lo llevaba en la mano”. La haré a principios de febrero. En total habrá pasado, un año justo desde que empecé esta historia.

Mi gran reto es hacer una maratón entera, 42km y cuanto antes mejor. Pero, en cada carrera que hago, en cada entreno duro de varios km, (10, 12) me doy cuenta de que no puede ser tan pronto, ha de ser un proceso lento. Me lo dicen todos los que corren, que para hacer una maratón entera y sin parar, se tienen que haber hecho unas cuantas medias y encima, con soltura.

Pero, mis ganas, mi motivación, los deseos de entrenar para prepararla que me obligarán a llegar a 85 kg, son tan grandes, que no voy a hacer muchas medias, haré esta, y veremos a ver en que maratón me coloco. Hacerla dentro del año que viene, será el reto, la meta, el “Mayor triunfo”, que me haya propuesto en toda mi vida, a conciencia.

Luego vendrán más cosas, no nos quedaremos ahí.

Ahora sí que llevo una dieta correcta. Con Alimmenta Dietistas, @alimmenta. Las del libro de “La dieta inteligente”. Mi dietista se llama Anabel, @Anabel_Ferser, autora del libro. Llevaba todo el verano queriendo poner orden en mi alimentación, me refiero a comer adecuadamente, las proteínas necesarias, los hidratos de carbono, los lípidos, en fin, llevar un control sano, ya que sí, estaba de régimen, pero siempre recortándome de cosas que, para mis pobres conocimientos culinarios dietéticos, creía que engordaban. Como el pan, el aceite, y demás cosas buenas. Estaba equivocado.

Mira por donde por seguir a través del Twitter y YouTube a un fenómeno, Valentí Sanjuan, @Valentisanjuan, y comentar mi reto, en unos de sus videos, me regalan 2 visitas con Alimmenta dietistas. Así que, ni corto ni perezoso, hago las dos visitas y después del lote gratuito, encuentro razonable seguir con ella, hasta donde los kilos y mi voluntad lo permitan.

¡Qué diferencia! Como pan, tomo aceite, en más cantidad que antes. Ha organizado la forma de distribuir los alimentos en mi casa, de una manera super saludable. Así que, empecé con ella en 105 kilitos y ya estoy en… No te lo pierdas Mariloles, en “97.5 kilazos”, después de un entreno, ¿qué te parece?.

Hemos roto la barrera de los 100 kilos, como el que entra por la puerta de su casa y no da ni las buenas tardes. Bueno, no tan fácil, que hay que correr y sudar todos los días. Pero, cuando pensaba que los 100, sería un muro difícil de franquear, se han caído por su propio peso. Me dijo Anabel que como mucho, 1 kg por semana y más o menos, por ahí andamos.

¿Quién dijo que conseguir retos de este tipo es difícil? El que no lo intentó. Como me dijo mi entrenador Fernando, @Run&Fit en el primer correo electrónico al empezar la primera semana de entreno: “Fracasar, es no intentarlo”. Porque, aunque no lo consigas a la primera, siempre se puede volver a intentar.

Yo corro, no corría, he perdido casi 36 kilos, pesaba 135 o más, he aprendido a disfrutar de la naturaleza, antes me iba al campo con la bota de vino. He vuelto a recuperar el gran placer de escuchar música y disfrutar de ella, claro, mientras corro y encima, voy a ser Finisher de una media maratón, por lo menos lo voy a intentar. Y si no lo consigo a la primera, a la segunda.

Y como siga perdiendo kilos, me apunto a la colla de los Castellets de Sabadell, para hacer de Aixeneta. Si si, el niño que se sube hasta arriba del todo. Bueno, si me dejan trepar por sus espaldas, je, je, je..

Es broma claro, pero si llego a pesar 85 kilos, habré perdido más de 50 kilos… Eso, es casi un tío entero.

Ahí queda eso.

Quien me quiera parar, que tire de mí por detrás, por que como se ponga por delante lo arrastro.