jueves, 11 de septiembre de 2014

BURRIAC ATAC 21 KM + 1100 metros de desnivel - No es moco de pavo

Bueno, bueno, por fin llegó el último reto y esta vez con “problemas” de peso, ya que hace unos meses intenté ponerme a dieta otra vez, para bajar de 90 kilos y ver los 80 y pico, y poder correr una media maratón de montaña, en un año llegué de 135 a 92... Y ahí estoy, después de año y medio en 92. Pero es que llega el día de la carrera y no se me ocurre otra cosa que coger un par de kilos. Así que, me voy a participar en la Burriac Atac con 94 kilotoneladas, muy propio de mí.

Para que nos vamos a engañar, si me gusta comer, y el comer sin beber, es altamente improbable, por tanto, no bajo de 92 kilos, así me corte una pierna.

Pero los entrenamientos no los perdono. Series en las pistas de atletismo, fartlek por el bosque, tiradas largas de 3 horas por montaña, días de bicicleta de 3 horitas en llano y escaleras, subir y subir escaleras hasta la saciedad.

Menos mal, porque si no, estaría en 100 kg.

Vamos por la carrera. Esta vez cambié los nervios por miedo, pero no el día “D", si no, un mes antes. En la última carrera, Salamandra Trail, me caí, como bien expliqué aquí.

Tenía entendido que la Burriac Atac, era muy técnica, tanto en las subidas, como en varias bajadas que tiene, con lo que el miedo a tropezar, o quedarme a oscuras sin frontal, era inmenso, y en casa lo saben, ya que, estuve dando por culillo muchos días.

Plaza del ayuntamiento de Vilassar de Mar, más de 700 corredor@s, intentando escuchar al speaker (o el director de la carrera, no se), las últimas noticias del tiempo. Y parecía que nada más me interesaban a mí, ya que todo el mundo cascando, con lo importante que era lo que decía: Que había tormenta de rayos y truenos la mar de peligrosa, que igual anulaban la carrera, que igual desviaban el camino de la parte más alta de la montaña, por riesgo de truenos, que apagáramos los móviles que eran auténticos imanes de rayos. Coño… ¿Que no le interesa a nadie? Yo estaba “cagao”. Encima que temía caerme, para colmo, truenos y rayos... Miro a mi mujer y viendo la cara de horror que tengo,  me dice: «¿Pues no ves “chalao” que corren jovencillos y todo?» Ya, ya, por eso, porque son jovencillos y no tienen conocimiento, por eso están tan tranquilos. ¡No te digo!

Así que, en marcha hacia la salida y los 15 minutos más largos de toda la noche, apretujados y sudando en espera de que acabara la música de Carmina Burana "Oh fortuna" muy oportuna para el "momento".

Salida. Puf...vamos "pa ya".

Km 1. Ya sudando por la tensión y la cantidad de gente que había en la salida. Pensando en no pasarme de ritmo puesto que se sube durante 8 km.

Km 2. Pasamos por delante del "Espinaler", taberna en la que en más de una ocasión me he puesto las botas...Oooooh qué tiempos aquellos... y yo corriendo.

Km 3. Se va a acabar la civilización y entramos en lo que vamos a tener los próximos kilómetros, subidas, bajadas y nocturnidad.

Km 4. Empieza lo bueno, una de las cuestas más largas, pero no la más dura.

Km 5. Hemos subido 300 metros en 56'47''. "Estoy bien, adelante".

Km 6. Nos acercamos al primer corte de la carrera, si no llego en 1h30' estoy fuera. Aprieto donde puedo y en la cuesta intento adelantar a los que van más despacio o están parados. Me tomo el primer gel de energía para evitar rampas y puñetas “desas”.

Km 7. Control superado: 01:19:37, sobrado. Tenía como máximo 01:30:00. "Estoy bien, adelante".

Km 8. Ya se acaba la cuesta de marras, madre, que pasada, dura de narices para este pobre runner, pero bien preparado.

Km 9, 10, y 11. Todo para abajo, pero con mucho cuidadito de no tropezar.

Km 12. Veo en el Garmin que llevo 02:13:00 me quedan 1 km y pico para el segundo corte y solo tengo 2h30', si no llego, a la calle.

Km 13. Este último kilómetro, veía que no llegaba a tiempo, porque realmente, no sabía cuánto me faltaba para el corte, así que, donde podía apretaba y donde no, también, pues gente delante mío había toda la que quisiera. 02:28:59, justito justito pero dentro de los límites. “Estoy bien, adelante”.


Llegada al segundo corte.

Km 14 y15. Ya no me echan de la carrera. Ahora a disfrutar del recorrido. Otro gel…por si las rampas. Según mi dietista uno cada hora, y cada 20 minutos bebida isotónica alternada con sorbos de agua…ni gota de cerveza, mierda.

Entre estos 3 kilómetros está lo más duro de la carrera, la subida al castillo de Burriac. Entonces entendí el nombre de esta carrera: “Burriac Atac”, menudo asalto a la fortaleza por la trasera, vaya cuesta dura de narices, técnicamente lo que hicimos los últimos metros era escalar, puramente dicho, pensando donde cogerme con las manos y donde colocar los pies. ¡QUE DURA! Pero no se lo pierda Don Baldomero, la bajada del castillo, ni te cuento. Arrastrando el culete para llegar al siguiente nivel y poder poner el pie, un paso en falso y a “tomar por cleta la biciculo”. En ese tramo, varios voluntarios indicando y alumbrando las zonas más comprometidas. Un “10” por todos los voluntarios, más de 300 repartidos por todas partes del recorrido, no solo indicando, si no también animando y mucho. Gracias a todos.

Km 16 y 17. Ya solo queda descontar kilómetros. Hecho cuentas y me quedan 5 km. Me cuesta calcular cuando corro y encima, estoy cansado, pero me doy cuenta de que como no apriete no llego. Aun a 5 kilómetros y solo me falta media hora para llegar.

Y llegamos al asfalto.

-4,5 km para meta. Solo tengo 25 minutos para hacerlos y mi récord en asfalto son 5 k, en 25 minutos. Lo tengo justito. “Estoy bien, adelante”.

-3 km para meta. Adelanto a un montón de corredores y a más de uno le aviso de que no entramos a tiempo, que las 4 horas están al caer y la meta muy lejos. Que nervios e inquietud, quería llegar dentro del tiempo a toda costa.

-2 km para meta. Me da un pequeño pinchazo en un gemelo, o en el muslo, no lo recuerdo, pero decido de tomarme un gel más líquido que los otros, como bien me dijo mi entrenador @FerRun62, aunque el efecto me lo haría en casa, porque a esas alturas...

-1 km para meta. Ya hemos pasado una zona de huertos en la que no estaba muy seguro si iba por el buen camino, miro para atrás unas cuantas veces y uno de los corredores que adelanté sigue allí. O vamos bien, o nos hemos equivocado los dos. Pero en seguida veo una de las cintas amarillas de las miles que había en el trayecto. Menos mal.

-200 metros para meta. Entro en la playa de Cabrera de mar. Por fin la meta a la vista, me quedan escasos segundos. Voy a tope, las piernas responden el corazón mecánico al máximo de pulsaciones, el otro corazón a punto de reventar de emoción, pero no puedo fallar, ahora he de seguir. “Estoy bien, adelante”.

Últimos 40 metros. Después de 21 km y 860 metros, mis piernas bien se merecían una buena dosis de rampas. Correr por la arena es uno de los ejercicios más duros que hay y si vas tocado… ni te cuento. Así que, me quedo clavado en la arena, cual barrizal pastoso que me agarraba como si me quisiera llevar al mismísimo infierno. Se rampan los aductores y haciendo caso omiso del dolor, intento correr por esa “alfombra sin sentimientos”, pero es imposible, no puedo levantar los pies, realmente, los músculos no responden. Entonces me doy cuenta de que no voy a llegar y decido andar como pueda.

La meta a escasos pasos y yo inutilizado motrizmente, ¡será posible!

Saco mi dorsal del bolsillo, ya que, durante el camino, se me había desenganchado, lo cojo con las dos manos pues no sabía cómo tomarían mi tiempo, pensé que lo mejor era enseñarlo. Al llegar a meta, me quedo plantado como un pasmarote, delante de los responsables de la carrera, mostrándoles el sudado y arrugado dorsal y me indican que tengo que introducir el chip de la muñeca como último control.

04:00:02 me han sobrado 2 segundos… ¡DOS SEGUNDOS! Me cago en mi sombra, después de todo el cuidado que tuve para no caer, después del esfuerzo de los últimos 7 km corriendo a tope, después de 6 meses entrenando para esta carrera, después de más de 7000 escalones subidos en mis entrenamientos, para que no me den rampas…al final…al final…al final lo conseguí otra vez, he acabado otra carrera, he conseguido otro Mayor Triunfo, que leches Y encima he llegado el primero de los "Fuera de control", Como siempre digo, el tiempo no me importa, lo que importa es el esfuerzo, la disciplina, la perseverancia, la ambición y tener un entrenador que me dice, lo que debo hacer y más importante lo que no debo hacer.

Mi primera media maratón de montaña a mi mochila.



La llegada a meta en la playa, espectacular… Pero podrían poner un caminillo de madera, como hay en las duchas, ¡hombre!