Estamos en vacaciones y llevo
retraso en el blog, hace demasiado tiempo que no lo actualizo. Qué le vamos a
hacer, llevar la motivación al día de todo, es complicado, alimentación,
deporte, costumbres, el trabajo y por último el blog. De todas formas, voy
consiguiendo todas las metas propuestas. Poco a poco pero constantemente.
Tengo pendiente de explicar mis
últimos objetivos. Una carrera en Terrassa. Otra en el rio Ripoll, ésta última,
nocturna. Y la dieta, que no es poco objetivo.
Pero empezaré por otro, mis
entrenamientos, que eso si lo llevo al dedillo que digo… Perfectos, más que
eso, all right, okey Makey, debute en la gorrillo…de piña en la bute, el caso
es que los llevo de puta madre, ¡que narices…! (¡uy! perdón). Si no fuera por
los entrenos, no hubiera perdido ni un kilo.
Es que no paro, es que la semana que
no pierdo, según la báscula, es porque estoy convirtiendo la grasa esta
asquerosa en puro musculo. ( Falsa
teoría, pero mola)
Las piernas se me están definiendo
como las de un chavalote de 18 años. Je, je, je. La papada, que hacía que
tuviera mirada de vikingo peligroso, se ha convertido en un cuello juvenil, ¡si
tengo hasta nuez! Y la distancia entre pelo y pelo de la barba, se está
acortando, con lo que los claros que tenia se están reduciendo y la susodicha
barba se ve más compactada. Es que tenía un pedazo de cara, que las orejas se
estaban separando tanto que ya no escuchaba en estéreo si no en cuadrafonía.
Yo era feliz siendo gordo, porque,
no me acordaba de lo que era ser delgado. Pero la verdad, es que, creo que
cuando llegue a mi peso ideal, puede ser que realmente conozca la felicidad
anatómica/sanitario/corporal. Digo la palabra gordo, porque no la encuentro fea,
solo descriptiva, lo seguiré siendo, aunque llegue a 70 kilos. La gordura está
en la mente y yo lo seré toda mi vida. Mi peso a 5 de agosto del 2013, un día
antes de irme de vacaciones es de 106. Kilos, aunque después de algún
entrenamiento ya he visto en la báscula los 102 kilos, y mi oscilación está
entre los 104 y 106, dependiendo del día. Mi IMC (índice de masa corporal) es
de 34, cuando empecé era de 43.1. Eso es mucha tela, pero aun estoy en la zona
de obesidad.
DIETA.
Que puedo decir de mi dieta, si no
hago dieta alguna, solo como con conocimiento, lo que el sentido común me dice,
ahora que he empezado a echarlo, tiro de él. Sigo desayunando, cereales, un
kiwi, té rojo con miel, a media mañana dos piezas de fruta de temporada, al
medio día pescado o pollo a la plancha y verdura o ensalada y más fruta. A
media tarde, otras dos piezas de fruta. Por la noche, tres cuartos de lo mismo,
plancha o tortilla de atún o calabacines con queso al micro, o una infinidad de
combinaciones de cosas sanas. Y de postre, yogurt o requesón, según el entreno
que ese día he tenido. El requesón hace recuperarse de un buen entrenamiento.
Aunque, tiene un pelín de grasa. Algo de pan integral, aceite crudo donde me
apetece, sin exceso y caña a la pimienta, limón y vinagre y demás especias
conocidas.
Desde luego, no pierdo más kilos
porque, ha llegado el verano y no me privo de alguna cervecita y alguna tapita,
no sea que me dé algún disgusto.
He aprendido a darme caprichos, sin
pasar al acabose e irracionalidad de la bulimia exagerada. Me paso, porque lo
sé, pero es que han sido muchos años de comer como un cosaco y beber como un
vikingo, y eso cuesta quitar de mis costumbres. Se que me costará mucho tiempo,
dejar de ser como era antes, de hecho, no sé si lo conseguiré. Pero no pienso
en eso, solo miro el presente, como mucho mañana, que entreno me toca, que he
comido o que voy a comer, en que me he pasado y como lo puedo quemar o
remediar. Ya llegará el olvidarme de cómo soy y encontrar al Jordi que pesaba
80 kilos, pero con otros pensamientos. Deporte, salud, metas, y bien estar.
Cuando empecé esta historia pesaba
132 kilos, una mañana, después de ya haber hablado con mi entrenador y haber
empezado a recortarme un poco. Estoy seguro que al igual que hoy mi peso oscila
2 ó 3 kilos arriba y abajo en esas fechas mi tonelaje andaría entre 132 y 135
kilos. Mi báscula pesa hasta 135 kilos, tuve que esperar 2 o 3 días para que no
me diera ERROR y me enseñara los 132. Así que si un mastodonte como yo, sin
tallas en las tiendas normales de ropa a podido llegar a bajar 30 kilos en 8
meses, quien no puede hacerlo para quitarse, 5, 8, ó 10 kilillos del ala.
Os aseguro que con deporte y sin
dietas milagro, solo con el sentido común, podéis llegar a conseguir metas que,
hasta ese momento, se os hacen inalcanzables. De eso saben mucho en
@alimenta.com. Yo sigo por Twitter todos sus consejos y sus dos libros son como
biblias para mí. “La dieta inteligente” y “La dieta inteligente para Runners”.
No es propaganda. Considero que propaganda gratuita es hablar bien de dietas
como la Dukan o la del delfín (ya lo último, beber agua de mar) o
la de “no sé qué historias” ésas que en sus mandamientos te prohíben comer
cosas que la naturaleza nos pone al alcance de la mano. Nasti de plasti nen.
Comer sano y de vez en cuando una cervecita, el que beba, el que no agüita de
la xeta.
Vamos por faena:
2ª carrera.
Terrassa
8 km, “Fiesta mayor”.
Ya estamos corriendo con
profesionales, ya no es un paseíto que se pueda hacer andando. Porque si no
espabilas en llegar a meta cierran la llegada y te quedas con un palmo de
narices, solo, en medio de la calle y con el tráfico de coches abierto. Así que,
tuve que apretar el culete, concentrarme y no despistarme, porque el último me
pisaba los talones.
Espero poder correr todas las
carreras que haga en esta aventura, acompañado de alguien. La primera fuimos un
gran grupo de amigos y mis hijos como ya conté en su entrada. Y ésta fue súper
agradable.Corrí con un amigo y proveedor de mi tienda, Casimiro Martín, ya he
hablado de él en alguna entrada. Maratoniano (104 maratones) senderista,
mogollón de kilómetros en sus patas, se conoce hasta el último bosque o montaña
que se pueda patear a pie. Una máquina. ¡MENUDO ELEMENTO EL TIO! No solo
conocía a casi todos los corredores que estaban en la salida, sino que, durante
toda la carrera, le saludaban desde todas las esquinas de Terrassa. Me presentó
a tod@s los corredor@s que nos encontrábamos en la salida.Me presento gente
corriendo, el tío se encontraba con alguien durante el recorrido y le decía a
todos los mismo: “Ei, este es Jordi mi amigo, pesaba 130 y pico de kilos, ha
perdido tantos y esta es su segunda carrera”. A todo el mundo, y yo lo único
que podía hacer era sonreír o por lo menos intentarlo ya que la ruta era dura,
dura, dura.
Leches con Terrassa, te conocía en coche,
pero no veas que cuestas tienes a pie, canaya.
Creo que en todo el tiempo que llevo
corriendo no he tenido tantas agujetas como después de esta cursa. Creo que usé
músculos que ni sabía que los tenía. Muy dura la verdad, pero el
acompañamiento, inmejorable.
Gracias Casi, me hiciste entrar en
meta a todo esprín cogido de la mano de dos chicas que estuviste animando
durante los últimos km, ya que las pobres también iban tomadísimas, sin embargo
entramos con una de las mejores sonrisas de los últimos tiempos. Pensé que la
alegría de entrar a meta solo sería en la primera carrera. Me equivoqué de
plano. Eufórico, como nunca, emocionado como un crio. Cuando vi a Encarni, que
no estaba donde quedamos que me esperaría, se me saltaron las lágrimas, la cara
de feliz que tenía ella, que me estuvo viendo en todo momento desde que entre
en meta, me hizo saltar las lágrimas. Me abracé a Casi muy emocionado y le di
las gracias. Creo que él también me las dio y también se emocionó, de poder
compartir ese momento tan importante para mí. Él sabía que así era.
3ª carrera.
Sabadell,
9 km rio Ripoll.
Ésta, en casa, y nocturna.
Si la anterior era de profesionales,
aquí, ya, ni…te…cuento.
Acompañantes: Mis dos hijos, y un
amigo de uno de ellos que me reservo el nombre por petición del mismo. Y claro
mi “mujé” y la novia de Jordi jr para las fotos, bueno, para aguantar la
cámara. A ver si hacemos un cursillo de reflejos, porque la cámara echa las
fotos solas en el modo “automatic” y los padres del susodicho amigo.
La carrera fue curiosa, ya que
correr de noche era una de las cosas que me hacía ilusión. Frontal, oscuridad
total, por la orilla del rio Ripoll. Solo eché de menos al público animando,
como en las otras. Aquí solo nos animaban las ranas, que no había pocas, en
cada rincón las” Cheerleader” estas, se las oía croar. Y los mosquitos
acompañando todo el camino delante del frontal, entretenían porque preocupado
para que no entraran en la nariz no me fijaba tanto en el cansancio. Bueno tuvo su puntito.
Salimos mi hijo Sergio y yo juntos,
con intención de hacerla los dos a mi ritmo. Pero tuvimos problemas. Un mes de
vacaciones de colegio, en casa, descansando, sin haber entrenado en los últimos
meses nada de nada, para colmo no tuvo la precaución de hidratarse durante el
día no bebió nada de agua con lo que a los 2 km empezó a notar las
consecuencias de afrontar una carrera sin preparación y sobre todo sin
hidratación. Tuvimos que bajar el ritmo y eso creo que fue lo que le mató,
porque aún tuvo que correr a un ritmo inferior al que él estaba acostumbrado.
Valla tela, nos paramos unos
segundos, el pobre con una sed increíble, él me decía que yo no parara por él,
seguí un rato, más despacito mientras el andaba, al poco volví para atrás en su
busca, no lo veía. Total, que decido seguir, pero a un ritmo suave por si me
pillaba. Y cuando pienso realmente en la situación, me digo a mí mismo: “Que se
hubiera preparado como yo, que se hubiera hidratado como yo y que hubiera
cogido la carrera con tantas ganas como yo”. Así que, muy a pesar mío, lo dejé
y seguí a mi ritmo. Aunque durante toda la carrera preocupado.
Cuando llegue a meta, salí de la
zona de llegada y volví al circuito en su busca, con la gran suerte que lo ví a
unos 100 metros más adelante, corrí y corrí con un sprint acojonante y por
detrás le iba gritando: “Sergio, Sergio no querías que entráramos juntos a
meta, pues aquí estoy”.
Y tacatá los dos juntitos a meta.
Me gustaría que se animara a correr
otra carrera juntos para desquitarnos de esa espinita.
Al día siguiente aún nos salían
mosquitos de la nariz. ¡Ecxssss¡
Y por último, mis vacaciones.
Más de lo mismo, motivación extrema,
entrenos cumplidos al dedillo. De hecho, ya estoy haciendo entrenamientos de 8
km. Y los primeros días, las barbacoas de pollo o conejo y acompañado de alguna
cervecita. Pero conforme van pasando los días…jeje corderito, que si un
entrecot, que si un chupitin después de comer de menta sin alcohol, pero con
muchas calorías, que si una botellita de cava por lo bien que lo hago. En totá
que seguramente coja un par de kilos estos días. Ya los quitaremos del medio.
Pero lo más destacado fue uno de los
entrenamientos. Transcribo directamente lo que publique en el Facebook.
“Hola
amig@s, a continuación, paso a explicar el entrenamiento de hoy. Pero mejor,
copio textualmente el correo que le he enviado hoy de mi entreno:
“Buenas tardes.
Después de tantos días preparándome
para el entreno de hoy, 12km “CaCo”, haciendo casi cada día 8 km de entreno. Al
final he hecho lo que me ha dado la gana, 12 km corriendo sin parar, nada de “Ca”
todo” Co”.
Mister ha sido como una carrera de
gran importancia, solo he respetado el caminar cuando llegaba a una escalera,
que por cierto en el recorrido hay como 6 ó 7 que te bajan hasta la
correspondiente cala y luego tienes que subirla, de hecho hay una que tiene 120
escalones.
Muchas subidas y bajadas,
prácticamente todo el camino.
SENSACIONES:
Me he sentido durante todo el camino
muy, pero que muy fuerte, en las cuestas funcionaba estupendamente y en las
bajadas en vez de correr más lo que hacía era recuperar y bajarlas controlando
las fuerzas.
Ningún dolor, sigo intentando correr
como dice el libro de “El correr Chi”. Creo que hasta he tenido mi propio muro
en el km 11, cansancio extremo, agotamiento mental, ganas de vomitar. Pero he
intentado controlar todos esos aspectos y con más ímpetu el de vomitar y al
final después de unos minutos pasándolo realmente mal…”Et voila” se ha pasado
absolutamente todo y me he vuelto a sentir como en los primeros kilómetros,
cansado pero con una fuerza interna indescriptible.
He llegado al camping emocionado, reventado,
me temblaba todo el cuerpo, no podía ni hablar, tenía una voz floja e
imperceptible, en una palabra “DEMOLIDO”, pero con una satisfacción explosiva.
Automáticamente me he pegado una
ducha bastante caliente (como dice el libro de El Correr Chi) para que todo el ácido
láctico acabe de salir y a continuación una ducha súper fría para las
inflamaciones. Acto seguido estiramientos con un poco de masaje en las piernas
y 15 minutos tumbado sobre mi espalda con las piernas hacia arriba.
No dolor, no cansancio, muy
contento. OTRA META CONSEGUIDA, 12 KM DE UN TIRÓN.
¡Somos la ostia!”
Solo tenía ganas
de explicarlo aquí. Ahora un merecido descanso de un par de días. (Aunque me
gustaría salir corriendo jejeje)”
Sin más me despido hasta la próxima
entrada.
Jordi, genial tu tricrónica veraniega. Fácil de leer, bien escrita, divertida, ágil y sobre todo motivadora. Sigue así. No frontiers, no límits!!!
ResponderEliminarAsí se hace runner!! Me lo he leido todo! Sigue así y antes de lo que te imaginas llegarás a la meta! Mucho animo! Conseguirás tu objetivo!
ResponderEliminarun beso
Gracias por los comentarios. La verdad es que me animan mucho a seguir adelante. Y si con este blog consigo animar a alguien a perder kilos o hacer algo de deporte, pues aun mejor.
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