“Lo mejor del cambio en mi forma de
vida no es perder kilos, ni cambiar hábitos, ni ganar en salud. Lo mejor de todo, es que, cualquier
entrenamiento, o salida al bosque, o meta superada, es especial. No es un
entreno más, es un entreno mejor que el anterior, es una meta conseguida. Una
salida al campo se puede convertir en una de mis experiencias más inauditas por
pequeño que sea el acontecimiento.”
SALIDA
A LA MOLA.
Hoy tocaba con mis entrenadores y mi
hijo Jordi. Pero en serio. Isotonico, barritas energéticas, plátanos,
pulsómetro y muchos metros para arriba, intentando no, parar ni desfallecer.
Para mí, seguirles por donde ellos pasaran, era un reto importante, yo solito
muevo 113 kilos y ellos entre los tres unos 210. Ya podrán, ya. Pero, aun así,
les seguía como una sombra, lejana pero constante. De vez en cuando, agua y
parar escasos segundos y muy pocas veces, para disfrutar de las vistas.
Llegamos a la cumbre, con las
piernas que me salía fuego, (así se queman calorías y se pierde peso, no
sudando) en 1h: 30m, 5.90 km y un desnivel de 531 metros. Para mí un récord,
para ellos un paseo.
Bueno, ahora vamos para abajo, viene
lo facil. Pensé yo. Si si, pero dando una pequeña vuelta de 2h: 13m y 7.7 Km, más.
Menuda bajada llena de piedras
sueltas y con un desnivel que a veces me tenía que coger a los árboles. En ese
punto, Pol me enseñó a bajar con técnica, no por gravedad desbocada. Piernas
abiertas, un poco reclinadas y cuerpo hacia delante para no resbalar. Genial.
Fue el primer día de agujetas en
todo este tiempo de entreno. Ya me lo avisó Fernando, que en la cuesta abajo me
saldrían hasta en el DNI.
Las sensaciones de subir a La Mola
en plan deportivo, en vez de paseo, son sin lugar a dudas 100 por 100
diferente. Vi hasta donde podía llegar superando mi esfuerzo. A cada momento me
sorprendía de las distancias que íbamos recorriendo: “¿Allí estábamos? ... ¿Hasta
allí tenemos que llegar? … ¿Todo eso hemos subido? … ¿Por aquí tenemos que
bajar?
Parecía un niño de ocho años
disfrutando de la emoción de cada momento. Qué suerte poder vivir estas
experiencias.
El
recorrido propiamente dicho:
-Torre
de l'Àngel
-Can Robert
-Can Pobla
-Cami dels Monjos
-La
Mola
-Morral
del Drac (Cova del Drac)
-Carena
del Pagès
-Els
Òbits
-Font
Flavia (excelente fuente de agua inacabable)
-Carena
del Pagès (criador de agujetas)
-Canal
de Can Pèlecs
-Torre
de l'Àngel
Datos cedidos por “nuestro guía”
particular.
Llegando
al coche, a pocos minutos del final me propuso correr un poco, y así lo
hicimos. Pocos metros, en llano, pero trotando. Aún me quedaban fuerzas.
Fue una salida muy interesante ya
que me esforcé subiendo al límite de mis posibilidades sin correr peligro, con
pulsómetro sin pasar de 150 pulsaciones y vigilado por estos dos fieras. Toda
una experiencia que no olvidaré.
Al
llegar a casa, un antiinflamatorio, por si acaso y un ratito de sofá que me
hacía falta, ducha y a dormir como un bebé.
Espero hacer otro día, La Mola –
Moncau. Pero dando caña.
PD.
TRES DÍAS DE AGUJETAS.
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