2016 es el tercer año de esta nueva etapa de mi vida deportiva. Empecé con
una buena sesión de maratón en Barcelona, con un tiempo excelente para mí, de
4h27’. No está mal.
Y a continuación nos vamos a la montaña.
Tres carreras, tres, 23, 30 y 29 km cada una con un desnivel de 1100, 1600
y 1900 metros respectivamente.
“Mission x 3” las han bautizado y no es para menos pues de cumplir con esas
“3 Missiones” es la propuesta de este año. Así que mi “Personal Trainer” se
pone manos a la obra y yo me compro unas Asics Fuijitrabuco 3, pasadas de moda,
pero para mí, estupendas por el precio, jeje.
De 85 kilos que llegué a pesar la semana previa a la maratón BCN y después
de correrla, me planto en unas 89 horrorosas toneladas.
—Bueno… Pero eso tu ya lo sabías.
— ¡Hey! ¿Y tú quién eres?
— ¿Quién voy a ser?... Pues tú.
— ¿Yo?
—Bueno…Tu otro yo, el de antes.
— ¿El glotón?... ¿El hambrón, el vicioso de mi otro yo…Ese?
—Sip
— ¡Largo! Esta es mi historia.
—Ja, ja, ja. Sabes que no me voy a ir. Así que sigue con “nuestra
historia”.
—¿Pero tú que te has pensado? Este es mi espacio, ya tuviste el tuyo en el tiempo,
así que…
—Déjate de ostias. Siempre estoy ahí, hazme feliz haciéndome partícipe de
esto, que, gracias a mí conociste a tu entrenador y este mundo. Eres como eres
por lo que has sido, afronta el tema.
—Vale. Hagamos las presentaciones. Mi “Seden”, el arruina vidas, al que
tengo encerrado en unos recuerdos, pero latente como una pesadilla crónica. El
que la caga de vez en cuando. Mi yo del 2013 hacia atrás.
—Enga… Sigue
—…
Bueno la verdad es que tiene razón, siempre estará ahí, porque el que se ha
tirado toda una vida de sedentario y hambrón, siempre tendrá esas secuelas muy
adentro. En fin, no se puede evitar.
Sigamos.
Buenos entrenos de fuerza para potenciar estas patas y me planto en la
primera de las 3 carreras, como no, en mi querida costa brava.
TRAIL CAP DE CREUS.
En Roses, circuito circular, 23 km + 1200 m, de desnivel positivo.
Los primeros dos kilómetros, te llevan hasta un campo de olivos y empieza
una buena subida de 463 m. El frio de la mañana y el viento que sopla, me
obliga a sacar un cortavientos y colocármelo. Lo llevaré durante toda la
carrera.
“Tramontana” le llaman al viento que cuando subes, te sopla de frente,
cuando bajas, te viene por la espalda y te tira al suelo más que ayudar y en
los llanos, lateralmente, para que te sientas incómodo en cualquiera de sus
facetas. ¡Oh, Don Leoncio! No se imagina lo duro que es correr durante más de 3
horas soplando el viento. Yo calculo… que a una velocidad de un millón de nudos
y encima con un frio del carayo.
Pero todo eso, lo compensaron unos paisajes alucinantes con la bahía de Roses
de fondo, al principio. Y el mar, con las olas yendo en sentido contrario a su
dirección natural debido al fuerte viento el resto del camino. Unas primeras
subidas muy guapas y en tramos rocosas hacen que se te olvide lo dura que puede
ser una Trail de estas características. Y el tramo de bajada, desde Puig Alt,
hasta la primera de las calas que atravesamos, Cala Joncals, son unos 7 km muy
corribles, muy bonitos en los que salieron dos cosas: Primera, los entrenos,
para poder lucirme bajando corriendo a un ritmo guapete y segunda, los pocos
años que llevo corriendo, ya que al llegar a Cala Monjoi, comenzaron los
dolores de pies, gemelos a punto de reventar, cuádriceps jodidillos, en fin,
los excesos se pagan, y corriendo de más, también. La última subida que nos
lleva de Cala Monjoi al Pla de les Gates, con el viento de frente, sin poder
abrir la boca para coger aire, intentando respirar por los poros de la piel, ya
que por las orejas era imposible debido al aleteo que tenían contra mis
parietales, ese tramo fue el más duro de toda la cursa. Al llegar arriba, nos
miramos los tres o cuatro que íbamos juntos y telepáticamente, porque era
imposible hablar, nos preguntábamos si ese huracán estaba permitido por la
organización de la carrera, o era cosa de la naturaleza nada más… ¿O lo
estábamos soñando? Hasta las vacas nos miraban como diciendo “estáis como mi
prima la cabra”.
Última bajada que nos lleva a el “Guerto de los olivos”, en Mas Oliva y
para pasar el mal trago, un bocata de fuet y una birra… Bueno, dos, pero que no
se enteren los de Klassmark.
Para las siguientes carreras ya tengo un recorrido nuevo donde entrenar.
Prueba superada. 3h41’ y muy buenos recuerdos.
Mis felicitaciones a la organización por el recorrido, por el marcaje del
terreno y por la cantidad de gente que nos ayuda a disfrutar de esta ruta.
¡Geniales todos!
Seguimos entrenando y subiendo algo de kilos. Si se entera mi dietista me
da “pal pelo”… 91 kilitos, lo pongo en diminutivo por si se pasa por aquí que
no se fije mucho.
— ¡Como tiene que ser! Que 85 kilos
es de “michamerda”.
— ¡Ea! Porque tú lo digas.
Bueno, pero eso no es problema, ya que ahora sé que hacer para perderlos.
Así que, me pongo manos a la obra y nos vamos a por la otra carrera que será el
25 de junio…
— ¿Has dicho el 25 de junio? ¡El día de San Juan…después de la verbena…el
día del cumpleaños de tu mujer! La madre que te parió, en buena hora te
apuntaste a esta Missión. Jarto coca (de piñones) … jarto cava…jarto…de toooo y
te apuntas a una carrera rozando la alta montaña, corriendo por crestas que
rozarán los 2000 metros ¿” Pos” tú estás chalao o qué? MAMELUCO… ¿Es que no te
conoces?
—La verdad es que ahora me doy cuenta. Pero lo capearé como pueda.
Llego a la cita con mis piernas fuertes, los ánimos altos, Los
entrenamientos rozando el 100% de perfección.
¡A por ella!
TRAIL ULLDETER
En Camprodon, circuito circular, 28 km + 1600 m desnivel positivo.
Pocos avituallamientos para la distancia a correr. El difícil acceso
supongo que es el motivo. Con lo que me tengo que llevar a cuestas 2 litros de
agua, 500cc de isotónico, 2 geles, 2 bocatas, todo ese peso me provocara unas
agujetas en los trapecios de aúpa. Y tener que rellenar en cada
avituallamiento.
Nos vamos arrastrando por casi 10 km de subida para llegar cresteando hasta
los 1899 metros, espectaculares vistas aéreas del Valle de Camprodon, donde la
alfombra verde que pisamos nos engaña y hace que tropecemos en más de 15
ocasiones, yo por lo menos. La hierva semi alta, impide ver algunos agujeros y
sobre todo en los terraplenes, no ves donde acaba el terreno pisable.
La primera bajada…es de lo más alucinante que he corrido hasta ahora, unos
prados inmensos por delante abrazado por una neblina alta, salpimentado por
montones de corredores bajando con los brazos abiertos como si quisiéramos
echar a volar, esquivando el terreno salteado por alguna roca perdida y los
agujeros traidores. Da la sensación de naturaleza salvaje. Emocionante donde
quepa. A ver si a mi “Seden” le van estas cosas
—…mmm, ¡bah!
Primer avituallamiento en el 12. El buffet libre está a nuestra entera
disposición. Así que pillo de todo y en un vaso de plástico a modo de zurrón
encasquetado en la cintura de mi pantalón, me lo lleno de frutos secos, por lo
de las sales y esas cosas.
Y seguimos hacia los 1941 metros, dejando atrás una subida durilla también
y sin tantas vistas.
No estoy mal, la carrera es dura, pero sin rampas ni calambres, me enfrento
a lo que me echen. La bajada que nos lleva hasta Vilallonga de Ter, es de lo
más divertida, ya que me luzco corriendo de lo lindo. Vamos un grupo juntos a
los que invito a pasar, pero les agrada mi ritmo y me permiten ser el primero
de los últimos y el último de los primeros. ¡Me siento el puto Rey!
Y a un paso del avituallamiento del pueblo, sorpresón de lo más. Mi querida
“Cherleader” particular, mi mujer, mi pilar. Me esperaba en la entrada al
pueblo, eso estaba programado, pero quien no me esperaba era mi hijo Jordi con
un grupo de amigos que estaban disfrutando ese puente de San Juan en una
población vecina. Entre ellos Albert, seguidor fiel. Madre mía. Coche con las puertas abiertas y
la música a tope de Rocky, que bueno, que alegría me dio. Los saludo y sigo con
Jordi de acompañante hasta el avituallamiento.
Descanso de unos minutos descalzándome para refrescar los pies, ya que en
la bajada lo he dado todo y eso como siempre, lo voy a pagar.
Gracias chavales la alegría ha sido inmensa.
Sigo en busca de la última subida y como ya sabía…rampas en las patas.
Bueno ya sabes lo que toca. Parar de vez en cuando bajar el ritmo y acabar
como se pueda. Ya es tuya y no hay vuelta atrás.
Harto de agua, de isotónico, de churrucas, de correr, llego a Camprodon
donde me espera un río en que voy loco pensando en él, para meter los pies.
Y la meta, la ansiada meta, aparece con el ya clásico cartel de MISSION X
3…Y mira por donde, quien está cámara en mano, es mi equipo de apoyo al
completo, GUAOOOO, ¡GENIAL! Qué alegría, no los abrazo por que los pondría
perdidos de sales minerales y glucosa despilfarrada que me sale por los poros.
Albert eres un fenómeno. Tengo la mejor foto de meta de todas mis carreras.
Otro bocata y otra cervecita y me voy de cabeza al rio Ter, pero
textualmente, meto las piernas en el agua helada, que lo cura todo y sin
pensármelo me lanzo en forma de bolígrafo.
Prueba superada. 5h41’ y muy buenos recuerdos.
Mis felicitaciones a la organización por el recorrido, por el marcaje del
terreno y por la cantidad de gente que nos ayuda a disfrutar de esta ruta.
¡Geniales todos! Otra vez, x 2.
¿Vamos a por la última?
La más dura. La más larga, la que tiene más desnivel, en la que hará más
calor ya que es, en pleno mes de julio, la más…
—Anda y no te quejes que es lo que querías. ¿Que son, escusas para al final
no correrla por algún motivo? ¡Anda ya!
—¿Perdona? No son escusas es lo que hay. La dificultad que tiene es lo
único que va a darle importancia a este esfuerzo, cosa que tú de eso sabes
poco, no, nada. Los que nos preparamos para una competición como esta si
sabemos el esfuerzo que requiere. Así
que déjame a mi rollo.
Los entrenos van in crescendo en busca del nivel que me permita acabarla
sin sufrir mucho en un tiempo inferior al año pasado, ya que esta de la Pobla
de Lillet la corrí en el 2015 y tarde 6 interminables horas y un miserable
minuto.
Buscando la perfección del ritmo en subidas y no apretando mucho en bajadas
para regular y no tener que parar por rampas, quitando el tiempo que perdí
cambiándome de calcetines y organizándome mejor en lo avituallamientos ya que
este año han puesto dos más, con lo que tendré que llevar menos peso en
hidratación por el camino, espero bajar lo menos 15 minutos, ya que el ritmo a
no ser que me quite 10 kilos más, no lo puedo bajar. Eso está comprobado, tanto
pesas, tanto corres. Si no bajas kilos o no tienes alas, lo único que se puede
conseguir entrenando mucho es sufrir menos y recuperar mejor después de
carrera, pero bajar el ritmo eso es muy difícil. Por lo menos para mí.
—¿10 kilos menos? Que te has pensado, que los kilos que cogimos los vamos a
soltar todos. De eso nada monada, que los bocatas de jamón que nos metemos
entre semana, no te los quitas ni por recomendación médica.
—Ya. Pero, tarde o temprano…
Bueno, en eso estamos, pero de mientras y a pocos días de la carrera en
concreto 3 semanas, me lesiono como los profesionales. “Fascitis plantar”, coño,
qué bien suena y encima eso se produce en la “fascia lata” …
—Para que nos entendamos, en la planta del pie, Seden.
Si, supongo que en una de las veces que he ido a correr con un amigo y nos
hemos picado, pues me he excedido y al ser las semanas de carga máxima, pues da
como resultado un sobre esfuerzo que se transfiere al cuerpo en forma de
lesión. ¡Tacatá la cagaste Burt Lancaster!
Hielo, Harpagrafito, Ibuprofeno, terapeuta, rebajar los entrenos,
bicicleta…en fin, lo que sea para las últimas semanas no perder la forma y
poder afrontar el reto. Pero con la corta experiencia, si dejo de correr unos
días lo voy a sentir en la mismísima alma.
Llega la fecha y el tío con dolor. Aunque solo duele al estar parado, al
correr por lo que sea no tengo molestias. Así que decido correrla, aunque
después tenga que descansar un par de meses. Después de 3 años seguidos
entrenando casi al 100%, salvo enfermedad o pequeñas lesiones, no estaría mal
descansar para que todo se ponga en su sitio y volver a empezar con los
entrenos en noviembre de cara a la maratón de Barcelona 2017, ¡OHU LLEA!
TRAIL CATLLARAS
En la Pobla de L´illet, circuito circular, también, cómo no, 29 km + 1900 m
desnivel positivo, una verdadera aberración.
Esta vez voy solo, como en Cap de Creus, el trabajo impide que tenga
acompañantes.
Así que preparo mi mochila y los bártulos de matar y a por otra que voy.
Esta la voy a correr con bastones, ya que los primeros 12 kilómetros de
subida son bastante durillos y si no recuerdo mal, en las bajadas también me
ayudaron mucho el año anterior.
6h01’ es lo que tengo que bajar ese es el reto.
Comienza la carrera con una multitud de gente aplastándonos unos a otros,
como si no hubiera montaña para todos. Y así fue. Ya que la estrechez del
camino en los primeros kilómetros provoca una larga cola que nos impide correr.
Menos mal, porque esa podía ser la excusa para decir que teníamos que ir
andando por el desnivel tan bestia del terreno.
En el kilómetro 3,5 me encuentro a un chaval tumbado en el suelo con unos
dolores increíbles. Rodeado de 3 o 4 corredores, me voy a acercar para ofrecer
mi ayuda, pero el de delante mío se ofrece y le dicen que están servidos. Ya
están llamando por el móvil a la organización. ¡Tobillo roto! Eso sí que es
mala suerte, en una subida con el suelo muy técnico por culpa de rocas saliendo
del suelo. Se veía un tío fuerte y debía de ser de los primeros ya que partirse
el tobillo en esas circunstancias has de ir bastante rápido o tener un traspiés
fatal.
¡Espero que te recuperes pronto nano!
Kilómetro 5… Primera rampa.
¿Asombroso? Pues en un principio sí, pero el parón de las últimas semanas
sale a ras de piel y es una primera señal de que, o regulo, o me retiro.
Kilómetro 9… Valoro si me doy media vuelta, porque las sensaciones que
tengo son nefastas. El tendón del pie bueno me da sensación de rampa que se
transmite a los dedos, no se algo muy raro que solo se pasaba si corría
despacio.
Sigo corriendo y regulando para no defraudarme a mí mismo y acabar una
carrera más. Hasta ahora no he abandonado en ninguna por ningún motivo, esperaba
que esta fuera igual. Pero lo mío me va a costar.
Pasan los kilómetros y parece que la cosa se arregla, pero acosta de correr
despacito y no hacer locuras en las bajadas.
¿Qué voy a contar de la sierra de Catllaras?, ¡alucinante! Senderos
preciosos y cuestas duras como las que más. Y gente encantadora en los
avituallamientos.
Una buena y rápida ducha en uno de los avituallamientos, hace más llevadera
el calor, pero calor que flipas.
Y llegamos a los últimos kilómetros, en los que me doy cuenta de que no llegaré
a tiempo de batir mi propio récord. No me preocupa, nunca valoro los tiempos de
las carreras, me busco un determinado tope, para tener un objetivo claro, pero
no me obsesiona. Lo que si me da rabia no haber podido bajar de las 6 horas.
Total 6h04’, 3 minutos más que el año anterior.
Entro en meta celebrando que las 3 Missiones las he cumplido, mis tres
dedos bien visibles y mi gorra enganchada en los bastones en señal de victoria.
Último bocata y otra cervecita…y como no, repitiendo birra, que me la he
ganao. Que cara más dura tengo…
Mis felicitaciones a la organización por el recorrido, por el marcaje del
terreno y por la cantidad de gente que nos ayuda a disfrutar de esta ruta.
¡Geniales todos! Otra vez, x 3
MISSION X3 CUMPLIDA!!!
—¿Algo que alegar “Seden”?
—No, no, es tu historia, la semana que viene: “Nos Vemos En Los Bares”,
como dicen los de Celtas Cortos. Ya te pillaré.
Sí, pero lo bueno es que mientras que corro, a ti te tengo encerrado en los
recuerdos y tú no disfrutas de esta historia en directo. Lo único que me da un
punto positivo de la relación contigo, es el haber conocido a gente en la que
tú nunca te hubieras fijado.
Y yo sí.
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